Hay ignorancia en torno a qué prácticas agrícolas son verdaderamente sostenibles, incluso entre personas e instituciones que deberían tener mayor y mejor conocimiento en estos temas. Aunque la ignoren, las contribuciones de la ingeniería genética serán esenciales.

Montevideo | Todo El Campo | Si los cultivos genéticamente modificados son la clave para la agricultura sostenible, ¿por qué algunos científicos tienen miedo de discutirlos? La revista científica American council on science and health publicó un análisis en e que se aborda el tema, cuestionándose el papel que la ONU y la FAO juegan en este tema, además de responder a un artículo del profesor Jules Pretty en la revista Science, también científica.

El artículo en American council on science and health fue escrito por Henry Miller (médico biólogo molecular) y Colin Carter (profesor de Economía Agrícola y de Recursos en la Universidad de California, Davis).

En el artículo, Miller y Carter aseguran que los temas de ingeniería genética molecular han generado una especie de “aversión” en algunos científicos que se niegan a “mencionar el papel de la ingeniería genética en la agricultura”, y “en análisis, informes y artículos supuestamente académicos sobre agricultura sostenible, los individuos e instituciones que más saben a menudo ignoran o minimizan la importancia de las tecnologías más nuevas, como el ADN recombinante («empalme de genes») y la edición de genes”.

Un ejemplo es que la prestigiosa revista Science publicó “una revisión del profesor Jules Pretty, titulada ‘Intensificación para sistemas agrícolas rediseñados y sostenibles’, lo que resultó, lejos de una revisión, en “un artículo de opinión sesgado y estrechamente enfocado, parecía más apropiado para una publicación antitecnología de la nueva era que para Science”.

Pretty es profesor de Medio Ambiente y Sociedad en la universidad británica de Essex. En el artículo publicado en Science se refiere a la intensificación sostenible “sin una sola mención” a términos o conceptos como “nuevas variedades genéticas”, “ingeniería genética”, “organismos genéticamente modificados (OGM)” o “mejora genética”. “En una ‘revisión’ de la intensificación sostenible en la agricultura como la define Pretty, eso es incomprensible.

Miller y Carter se reconocen “desconcertados” porque no se puede discutir “eficiencia, sustitución y rediseño en las prácticas agrícolas sin mencionar las contribuciones críticas de las variedades genéticas nuevas y mejoradas en las últimas dos décadas. Es como tratar sobre las cualidades de un diseño de una casa sin mencionar términos como techo o cimientos. Específicamente, la introducción de plantas de cultivo modificadas con técnicas moleculares de ingeniería genética, a veces denominadas OGM, ha hecho contribuciones prodigiosas a los ingresos agrícolas y los beneficios ambientales por medio de cambios en las prácticas de labranza y el uso de pesticidas y herbicidas”.

CUESTIONAMIENTOS A LA ONU Y LA FAO: VENDE AGROECOLOGÍA.

Por otra parte, Pretty señala que la de que la intensificación sostenible “es ahora una prioridad para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas”, lo cual es cuestionado por Miller y Carter “porque las agencias de la ONU como, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), son notorias por su falta de voluntad para reconocer en sus análisis las ya prodigiosas contribuciones científicas, económicas y humanitarias y el potencial futuro de la ingeniería genética”.

“En lugar de ciencia de vanguardia, la FAO vende agroecología, que define como ‘una disciplina científica, un conjunto de prácticas y un movimiento social’, centrándose en ‘cómo interactúan los diferentes componentes del agroecosistema (y crear) sistemas agrícolas sostenibles que optimicen y estabilicen los rendimientos’. Sin embargo, dado que la agroecología rechaza muchos avances agrícolas tecnológicos y biológicos modernos, es poco probable que produzca rendimientos que se mantengan al día con el crecimiento de la población y las dietas cambiantes de los consumidores asociadas con mayores ingresos y urbanización. La mayoría de los científicos lo descartan como una combinación de ilusión e ignorancia y lo consideran una amenaza para la seguridad alimentaria de los países en desarrollo”.

AUMENTAR RENDIMIENTOS DE CULTIVOS Y PRODUCIR MÁS LECHE Y CARNE POR HECTÁREA.

En contraste con la afirmación anterior, “un informe del Instituto de Recursos Mundiales con fecha 5 de diciembre de 2018 definió que una “mayor eficiencia en el uso de los recursos naturales es el paso más importante para cumplir tanto con la producción de alimentos como con los objetivos ambientales. Esto significa aumentar los rendimientos de los cultivos a tasas más altas que las históricas, y aumentar drásticamente la producción de leche y carne por hectárea de pasto”.

Así planteado, la pregunta es cómo lograrlo. La conclusión del Instituto de Recursos Mundiales fue la siguiente: “El mejoramiento convencional, la selección de cultivos de mejor rendimiento basada en rasgos genéticos, representó alrededor de la mitad de las ganancias históricas de rendimiento de los cultivos. Los nuevos avances en biología molecular ofrecen una gran promesa para ganancias de rendimiento adicionales al hacer que sea más barato y más rápido mapear los códigos genéticos de las plantas, probar los rasgos de ADN deseados, purificar las cepas de cultivos y activar y desactivar los genes”.

LA INGENIERÍA GENÉTICA REDUCE EL USO DE PESTICIDAS.

Además, “durante décadas, las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina han documentado los beneficios económicos y ambientales de la ingeniería genética”. Por ejemplo, introducir “variedades genéticamente modificadas que incorporan un pesticida natural (una o más proteínas de la bacteria Bacillus thuringiensis) redujo el uso general de pesticidas y las poblaciones de plagas (y, por lo tanto, benefició incluso a los cultivos no modificados genéticamente, el llamado «efecto halo»), y aumentó la diversidad de insectos”.

El artículo de Miller y Carter concluye: “Cuando se trata de la importancia de la ingeniería genética en la agricultura sostenible, la altamente politizada ONU está claramente más allá de la ayuda, ya sea ignorándola o tratando de imponer una regulación excesiva y no científica. Pero la crítica poco bonita de Pretty es sorprendente. Su superficialidad no le da crédito a él ni a la ciencia”.

Artículo original: Los cultivos genéticamente modificados son clave para la agricultura sostenible. Entonces, ¿por qué algunos científicos tienen miedo de discutirlos? | Consejo Americano de Ciencia y Salud (acsh.org)

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