El objetivo era disminuir o eliminar el crimen organizado que se dedica a la venta de cannabis y no se ha logrado. El documento menciona o cita a Uruguay -donde la marihuana fue legalizada por el expresidente José Mujica en 2013- 50 veces.

Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | Desde hace años la sociedad uruguaya debate sobre la pertinencia de legalizar el consumo de drogas, particularmente una que se supone es menos dañina, la marihuana, como forma de controlar su distribución. Sin embargo los resultados no han sido en el sentido de quienes impulsan esa media ya que todo indica que aumenta el consumo y no reduce los mercados ilegales, además de que disminuye la percepción del riesgo de consumirla.

El último “Informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes para 2022”, (*) un documento de más de 150 páginas al que accedió Todo El Campo señala que la legalización de la marihuana no redujo, allí donde se aprobó, el consumo de drogas ni los mercados ilícitos.

El documento sobre drogas, publicado este jueves 9 de marzo, se elabora anualmente por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), un organismo independiente y cuasi judicial constituido por expertos en la materia.

En el texto se expresa preocupación por la expansión de la industria del cannabis, que comercializa los productos a base de esa sustancia de una forma que atrae a la juventud y le resta importancia a los daños que puede causar el consumo del cannabis de potencia elevada.

Entrevistado por Noticias ONU, el vicepresidente segundo de JIFE, César Arce Ríos, expresó: “Vemos con preocupación la trivialización con respecto al uso no médico del cannabis, la tendencia a su legalización, principalmente en Latinoamérica y parte de Europa”.

Destacó que legalizar drogas con fines recreativos contraviene la Convención Única de Estupefacientes de 1961, en su artículo cuarto, que clasifica al cannabis como una sustancia altamente adictiva y prohíbe todo uso no médico o científico.

César Arce Ríos

INCONGRUENCIA DE DATOS.

La legalización “parece dar lugar a un incremento del consumo, sobre todo en la juventud”. Arce explica por qué se utiliza la palabra ‘parece’ que relativizaría la contundencia del análisis. Dijo que se usa ese término porque “no tenemos datos oficiales, tenemos datos oficiosos de países donde hay legalización y la información no es congruente”.

Explicó esa incongruencia: “Por ejemplo, tomamos los datos de un país que informa que se ha estancado o ha disminuido el consumo, pero por el otro lado hay mucha venta e importación de cannabis, es decir, no coinciden los datos. Y, por otro lado, tenemos informes de ONG que indican que el consumo ha crecido. Por eso usamos la palabra ‘parece’, hasta tanto no tengamos un informe oficial y congruente de los países, no queremos afirmar que el consumo ha aumentado”.

No obstante, los datos extraoficiales muestran que en las jurisdicciones donde se ha legalizado, el consumo de marihuana ha aumentado entre 9% y 15% con respecto a los lugares donde su uso lúdico sigue prohibido.

El informe de la JIFE destaca que los mercados ilegales de marihuana siguen activos en las jurisdicciones donde se ha legalizado el consumo, pese a que la legalización apostaba a desarticularlos. Según los datos disponibles representan el 40 % en Canadá, casi el 50 % en Uruguay y el 75 % en California.

Esos mercados prevalecen porque venden a precios más baratos y un producto con mayor contenido de THC, que es el componente psicoactivo del cannabis.

El estudio sostiene que el incremento del consumo y de la potencia de algunos productos del cannabis está trayendo consigo efectos negativos para la salud y comporta riesgos sanitarios para las personas de todas las edades, y añade que entre 2000 y 2018 las admisiones relacionadas con la dependencia y la abstinencia esa droga se multiplicó por ocho a nivel mundial, mientras que las admisiones debidas a trastornos psicóticos relacionados con la marihuana se cuadruplicaron.

NO SE HAN ALCANZADO LOS OBJETIVOS.

El vicepresidente de la JIFE insistió en que la legalización del cannabis no ha cumplido con lo que se proponía: “El objetivo era disminuir o eliminar el crimen organizado que se dedica a la venta de cannabis y no se ha logrado, inclusive ha crecido en algunos países. También se pretendía tener un mercado regulado y controlado para que el cannabis no llegara a los menores, y tampoco se ha cumplido”.

Respecto a Latinoamérica, donde el principal problema es el consumo de pasta básica de cocaína, Arce dijo que “podemos considerar que es una epidemia”, y añadió que es popular porque es barata y muy adictiva, pero también “muy nociva”.

Uruguay, donde se legalizó la marihuana con el argumento de sacarle mercado al narcotráfico, es uno de los países que se fracasó, dijo Arce.

*Acceda al documento completo: Report of the International Narcotics Control Board for 2021 (incb.org), en inglés.

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!