El SUL debe preguntarse en voz alta si fue suficientemente específico, cuando veía para dónde iba el mundo, en dar esas informaciones al productor para que éste pudiera determinar qué es lo que debía hacer.

Montevideo | Todo El Campo | El periodista agropecuario Horacio Jaume, cuestionó fuertemente a las instituciones que debieron advertir y dar mensajes claros sobre la tendencia del mercado internacional de la lana pero no lo hicieron, causando con ello que los productores laneros tomaran decisiones incorrectas que hoy implica que en país haya 30 millones de kilos de lana guardada en los galpones, sin posibilidad de salida, generando pérdidas enormes.

En una nota editorial (audio completo al pie del artículo) realizada el miércoles 18 de enero en el programa Diario Rural (radio Rural) el periodista dijo que “no es un tema cómodo”, pero no por eso se puede “ignorarlo y creer que no pasa nada. Porque pasa, pasó, nos equivocamos y nos metimos en un embrollo difícil de salir, y ahora hay que corregirlo”.

Comenzó diciendo que “la crítica por la crítica misma no sirve” y que ésta “es útil cuando va en busca de algo, como tratar de subsanar algún error cometido o evitar tropezar con la misma piedra”, y con ese objetivo de es que “vale la pena detenerse sobre el precio de la lana”.

Dijo que “aún está latente” en sus oídos las palabras de Simón Berkowitz, que siendo presidente de la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP), “al salir de un congreso lanero dijo que el futuro de la oveja era la lana fina y la carne”, afirmación que “a las pocas horas” otras voces señalaron que “las cosas no eran tan así” como las había dicho Berkowitz, y “que el mundo no era tan radical”.

Es correcto que “cada uno vele por sus propios intereses” y tome las decisiones que mejor le parezcan, “pero diferente es el rol que deben cumplir las instituciones” que deben “emitir las señales”, para que quienes “deben tomar resoluciones cuenten con la información necesaria y saber qué es lo que deben hacer”.

“En este punto particular el SUL (Secretariado Uruguayo de la Lana) debe preguntarse en voz alta si fue suficientemente específico, cuando veía para dónde iba el mundo, en dar esas informaciones al productor para que éste pudiera determinar qué es lo que debía hacer. Creo que las señales se hablaban, pero no con el énfasis necesario que había que tener” y el resultado es que “tenemos ejemplos de cabañas con determinado tipo de producción que han cerrado, y las otros han optado por tener mayor oferta incorporando otras razas a las que ya tenían”.

En Uruguay hay 30 millones de kilos de lana en los galpones, son lanas medias y gruesas. ¿Ese volumen está por accidente o porque los productores dijeron ‘yo voy a seguir mi camino porque yo tenía toda la información necesaria y opté’; o fue porque ‘no me dijeron las cosas con la claridad que se debida?’”, se preguntó.

Son 30 millones de kilos de lana en los galpones, “me podrán decir que hay un acumulado y puede ser, pero a esos productores ¿se les dijo con claridad (la tendencia del mercado)?”, volvió a preguntar.

¿QUIÉN DEBERÁ TRAER RAZAS DE POCA LANA?

Destacó que “actualmente hay inquietudes de traer razas que tengan poca lana”, en ese caso la pregunta es “¿quién tendría que traerlas, los productores o el SUL para tener los análisis necesarios que determinen si posteriormente puede andar?”

Al Merino Dohne, “¿no lo tendría que haber traído el INIA o el SUL para hacer la investigación necesaria y ver cómo se comportaba en nuestro país y posteriormente darles a los productores la posibilidad de que ellos opten?

Esas señales, aunque necesarias, “no fueron tan claras”.

“Repito: que la gente defienda sus intereses me parece bárbaro, pero no las instituciones que son de todos los productores”, pero en el caso lanero “no fue así”, y ahora “lo que sucedió ya está, los resultados son los que vemos, pero en el futuro ¿se va a seguir por el mismo camino de muchas veces pensar más con la camiseta que en el bien general?

Jaume entiende que se le podrá objetar que está opinando con el diario del lunes, “y puede ser, porque esto que sucedió no era seguro que finalmente ocurriera, pero todo indicaba que iba a terminar así, y que hoy haya 30 millones de kilos de lana en los galpones y que me digan que hay que prenderla fuego no creo que eso cause gracia a nadie, además de que no es bueno que suceda. Máxime cuando algunas responsabilidades hay”, incluso “alguna deshonestidad intelectual para llevar a cabo algún tipo de cosas”.

Ésta “no es una crítica por la crítica misma, (sino para plantear sí) de aquí para adelante vamos a seguir funcionando de la misma manera, porque si es así las instituciones no están para eso, sino para dar información que permitan a la gente operar de la forma correcta y se equivoque lo menos posible”.

Cuando el productor tiene la información y toma una decisión equivocada, esa será y es su responsabilidad, pero en el caso de la lana “eso no fue así y los datos lo demuestran. Nadie hace cosas para perder y eso es lo que está sucediendo”, aseguró.

SE RECORRIÓ EL CAMINO INCORRECTO.

Agregó que en un informe sobre la cotización de la lana que hace el SUL se dijo que había una suba en el precio, y que eso le llevó a preguntar qué finura de lana había tenido el alza, porque “no es que la lana sube” en forma general, “lo que subió fue la lana fina, la otra sigue igual o peor. Eso es lo que está pasando y estamos hablando de una zafra entera”.

Jaume aseguró que “el camino que se recorrió no fue el correcto, la gente que decía lo contrario tenía razón y no le dieron el crédito necesario y en este caso particular también digo que muchas veces es más fácil echarle la culpa a los industriales pero éstos no tiene nada que ver”.

Si esta reflexión “sirve para corregir, bienvenida sea. Si lo vamos a dejar como algo que sucedió y más vale ni hablar porque fue una mala experiencia, entonces no sirve de nada, porque acá hay mucha plata en juego y hay que buscarle alguna vuelta a esos 30 millones de kilos de lana”.

“No es un tema cómodo, pero peor es ignorarlo y creer que no pasa nada. Porque pasa, pasó, nos equivocamos y nos metimos en un embrollo difícil de salir, y ahora hay que corregirlo”, concluyó.

Audio editorial de Horacio Jaume en el programa Diario Rural.

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