El nuevo Luiz Inácio da Silva -nuevo porque ya no es el que gobernó Brasil desde 2003 a 2010- parece entender el mensaje de su tocayo uruguayo, y eso tiene un peso importantísimo en todos los ámbitos.

Hébert Dell’Onte |Montevideo | Todo El Campo | La sensación que tengo es que la propuesta de la moneda única para los países del Mercosur tiene como único fin arrancar el protagonismo que ha tenido Uruguay por su posición aperturista en el bloque.

Nunca en la historia del Mercosur un país, a través de su presidente, se paró tan firme y con tanta convicción sobre un tema como lo está haciendo Uruguay y Luis Lacalle respecto a la necesidad de abrir las puertas y ventanas del bloque invitando al mundo a negociar con nosotros que somos los principales proveedores de productos agropecuarios del mundo. Los principales en volumen y en calidad.

Sin embargo, nunca en la historia del Mercosur, hubo tanta necedad por parte de algunos de sus integrantes como ahora.

Resulta ser que el “hermano menor” al que otros se arrogan -no me queda claro si- el derecho o la obligación de cuidarnos, es el que verdaderamente tiene la voluntad y el valor de romper con la inacción para dar pasos que verdaderamente marcan la diferencia. Y mientras los hermanos mayores se encierran en sí mismos y tienden mensajes a gobiernos fracasados, Uruguay está en la mira de todos por atreverse a tener una visión distinta sobre cómo debe comportarse y hacia donde debería ir el Mercosur.

Eso les molesta, principalmente a aquellos que saben que deberían ser un foco de progreso para todo el continente, pero por ideología prefieren la mediocridad y el mundo los ve como timoratos. Entonces hay que salir a hablar de otra cosa como la moneda única, que no podrá funcionar tal como están las cosas ahora. Si Argentina tiene más de 10 tipos de dólar, ¿cómo esperan unificar la moneda? Pero eso no parece importar, porque el asunto es dar señales (aunque absurdas) de cohesión interior y que Uruguay se deje de molestar con sus miradas hacia el exterior del bloque.

Pero la táctica no les resultó. En la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de esta semana, Uruguay fue más intrépido y planteó un gran tratado de libre comercio desde México hacia el sur. Una idea difícil de concretar, pero que representa el latinoamericanismo con el cual nadie debería discrepar, aunque claramente en eso tampoco habrá voluntad política suficiente.

EL INTERÉS DE CHINA EN AMÉRICA LATINA.

Por otra parte, mientras algunos pierden su tiempo de gobernantes con discursos y anuncios de unidad latinoamericana que no conducen a nada, resulta que China incrementó en 2022 su presencia comercial en América Latina.

Según datos oficiales, de la Administración General de Aduanas de China, el comercio con nuestro continente durante el año pasado fue de US$ 486.000 millones, un nuevo máximo que implica un aumento de US$ 34.000 millones respecto al 2021.

No caben dudas de que China tiene interés en América Latina. Deberíamos aprovechar eso y actuar en consecuencia, el Mercosur debería ser una herramienta adecuada con ese fin y otros similares. Pero no somos conscientes de la fuerza que Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay tienen juntos.

¿EL CAMINO DE LOS LUISES?

El nuevo Luiz Inácio da Silva (Lula) -“nuevo” porque ya no es el que gobernó Brasil desde 2003 a 2010- parece entender el mensaje de su tocayo uruguayo, y eso tiene un peso importantísimo en todos los ámbitos.

En el ámbito mundial porque Brasil siempre es escuchado en cada evento global e internacional; en el ámbito regional, pero más en el Mercosur y particularmente por Argentina que necesita un rumbo; y en el ámbito local de nuestra interna nacional.

Mucho se puede criticar, y con razón, el uso que el Frente Amplio hizo de la visita del mandatario brasileño a Uruguay, pero eso sirve para que veamos el peso que tiene su liderazgo en la oposición y los sindicatos. Pues bien, resulta que Lula fue claro en sus mensajes y el mundo, el continente, el Mercosur y Uruguay debe tomar nota de sus dichos.

Los reclamos de Lacalle son más que justos porque el papel de un presidente es defender los intereses de su país, de su economía y de su pueblo. Es justo querer producir más y vender más, y por eso es importante abrirse cada vez más a otros pueblos”, dijo en un mensaje contundente y cargado de contenido.

Agregó que “la idea de discutir la innovación del Mercosur es algo en lo que estamos totalmente de acuerdo”. Para avanzar en eso “necesitamos discutir el tema con nuestros técnicos, ministros y finalmente con los presidentes (de los países que integran el Mercosur), para que juntos podamos renovar”.

Añadió algo que no es menos importante: “Vamos a intensificar nuestras discusiones con la Unión Europea y vamos a firmar ese acuerdo para poder discutir enseguida un posible acuerdo entre China y Mercosur, y creo que eso es posible”. Y remató: Con China “queremos conversar en cuanto Mercosur y discutir con ellos el acuerdo Mercosur China”.

Son buenas noticias. Cabe esperar que el mundo, el Mercosur y los dirigentes políticos locales de todos los partidos sepan interpretarlo correctamente.

Foto Presidencia.

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