Hizo de Santa Clotilde un establecimiento que siempre tuvo sus porteras abiertas.
El escritorio José A Valdez homenajeará al Ing. Luis Bove Santayana fallecido el 13 de mayo de este año.
En un comunicado de prensa la firma rematadora destacó la trayectoria del Ing. Bove Santana: “Una persona reconocida y muy respetada, que amaba lo que hacía y le dedicaba su profesionalismo y esfuerzo para lograr los mejores resultados. Siempre respetó, valoró y ayudó a quienes estuvieron junto a él”.
Luis Bove Santayana nació en Montevideo el 2 de marzo de 1943, vivió su niñez en el centro de Montevideo.
Se recibió de ingeniero agrónomo y al recibirse comenzó a administrar la estancia Santa Clotilde, campos provenientes de su abuelo materno Santayana, ubicados en ruta 26 próximo a Ansina, Tacuarembó.
Desde principios del 1900 su abuelo Santayana y Tito Valdez mantuvieron una larga amistad y negocios ganaderos, que luego Luis y Yuba continuaron. Hoy la tercera generación continúa ese legado, mientras que la cuarta generación sigue alargando este vínculo cuando se encuentra en el remate de Santa Clotilde.
Durante toda su vida fue productor ganadero y su amor por el mejoramiento genético lo hizo cabañero de las razas Polled Hereford, Angus colorado, Braford y Brangus.
Su fuerte vocación de trabajo y compromiso lo llevo a ser presidente de la Sociedad Criadores de Hereford del Uruguay. También fundó y presidió la Sociedad de Criadores de Braford y Cebú del Uruguay junto a un grupo de productores y amigos de Tacuarembó.
CON LAS PORTERAS ABIERTAS.
Hizo de Santa Clotilde un establecimiento que siempre tuvo sus porteras abiertas. Allí con gusto recibió giras del INIA, Plan Agropecuario, escuelas rurales, giras internacionales de productores y las clásicas giras de las sociedades de Hereford, Angus, Braford y Brangus.
En 1998 comenzó con sus clásicos remates de reproductores. En un inicio fueron en la Rural de Tacuarembó y pronto los trasladó al Don Tito en su inauguración. A estos los supo transformar no sólo en una exitosa jornada de negocios, sino en una fiesta y un encuentro esperado de varios productores de la zona que siempre se sintieron bienvenidos.
Fue una persona reconocida y muy respetada, que amaba lo que hacía y le dedicaba su profesionalismo y esfuerzo para lograr los mejores resultados. Siempre respetó, valoró y ayudó a quienes estuvieron junto a él.
Quienes trabajaron con él, también destacan que era un perfeccionista hasta de los más pequeños detalles y con muy buen sentido del humor.
Siempre sorprendía con su bondad, que no sólo llegó a los suyos y a su personal, sino también a distintas instituciones del departamento de Tacuarembó.
Falleció a sus 79 años el pasado 13 de mayo.
Sentimos su falta, pero estamos agradecidos de habernos encontrado y compartido parte de nuestras vidas.
Con su ejemplo y carisma, hoy lo recordamos y homenajeamos con inmensa emoción.
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