En un mundo tan interconectado económica y comercialmente, los mayores riesgos son en el ámbito económico y del comercio.

Hébert Dell’Onte | La cuerda de la política internacional y la geopolítica está tensa como en épocas de la Guerra Fría, una expresión que los más jóvenes seguramente no conocen, pero que varias generaciones transcurrieron su adolescencia y juventud escuchándolo permanentemente en los medios de comunicación, leyéndolo en libros y viéndolo en las películas de Hollywood. La Guerra Fría era la Espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de la humanidad, con potencias que se armaban y desarrollaban tecnologías de alto poder destructivo.

Llegaron los años 80 y cayó el Muro de Berlín, la Unión Soviética se disolvió (aunque los errores del Partido Comunista siguen siendo justificados y defendidos) y un nuevo orden mundial pareció establecerse. Pero ese orden mundial no prosperó, y si en algún momento lo hizo ya desapareció.

La humanidad observa ahora cómo se conforma un nuevo equilibrio con China y Estados Unidos equilibrando la balanza mientras que Rusia quiere incidir con una Europa decadente, Latinoamérica rezagada y África siempre postergada.

Mientras tanto en el mundo pasan cosas no comerciales que afectan el comercio y el mercado mundial. Lo vimos y lo estamos sufriendo con la guerra en Ucrania. Pero también lo político incide, y en este aspecto la crisis de Taiwán no es inocua.

Ya sabemos cuánto daño ha causado la invasión de Rusia a Ucrania. El mundo descubrió que ese país que pocas veces fue noticia, es un área agrícola tan destacada que ante una situación de crisis se reciente el mundo entero, se disparan los precios y hay países a los que le faltará el alimento.

De igual forma el trance al que está siendo sometido Taiwán expone al mundo a una situación delicada porque el estrecho de Taiwán es una importante vía mundial de buques tanqueros (se llama así a los buques que trasladan petróleo y sus derivados, gas, productos químicos) con un tránsito de unos 11 millones de barriles diarios (mb/d) de petróleo, de los que 9 mb/d (80%) es crudo, 1,5 mb/d (14%) son productos refinados limpios y 0,5 mb/d (6%) fueloil, informó Mundo Marítimo, sitio web especializado en información marítima global.

Sin embargo, hay quienes confían en que el impacto de una situación adversa en Taiwán sobre el movimiento de buques tendría una trascendencia menor ya que hay caminos alternativos para evitar el estrecho. Incluso un “improbable cierre del estrecho” causaría una “interrupción mínima de los mercados mundiales”, según un análisis de la petrolera BRS Tanker.

No obstante lo anterior, la “amenaza económica es mayor que la bélica”, advierte Mundo Marítimo y se sustenta en el fundado temor de BRS Tanker: No estaría en la consideración china ni estadounidense un conflicto armado, pero ambos países son -además de potencias armadas- potencias económicas, y es mucho más probable que en caso de haber un conflicto éste se desarrolle en ese ámbito en lugar del bélico. “A corto plazo, cualquier confrontación entre EE.UU. y China sería de orden económica” y ese es, para BRS Tanker “el mayor riesgo para los tanqueros y la economía global en general. De hecho, la reciente guerra comercial (durante la administración de Donal Trump) entre ambos países condujo a un menor crecimiento económico mundial y a una menor demanda” de ciertos petroleros.

Por otra parte, Mundo Marítimo señala que las tensiones con China podrían hacer que Taiwán incremente la compra de petróleo a pesar del alto precio, para asegurarse energía.

“Teniendo en cuenta las importaciones históricas de petróleo de Taiwán, esto vería un aumento en la demanda de tanqueros limpios de otras partes de Asia y Medio Oriente y la demanda de tanqueros de crudo desde Medio Oriente”, concluye.

En conclusión, en un mundo tan interconectado económica y comercialmente, los mayores riesgos son en el ámbito económico y del comercio. En la antigüedad fue el comercio entre los pueblos lo que impulsó el crecimiento, reforzó economías y atenuó riesgos bélicos, porque cuando los países comercian también interactúan y de esa forma se conocen, liman asperezas y acerca posiciones. Hoy parece ser al revés, pero la convivencia en paz -en todos los sentidos posible- antes que una consecuencia del comercio es el resultado de una actitud humana que por estos tiempos parece sernos ajena.

Foto de BRS Tanker.

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!