Toda guerra tiene varios frentes de batalla simultáneos, la que se está llevando a cabo en Ucrania también es una guerra por los granos y alimentos; el invasor lo sabe y lo usa a su favor.

Hébert Dell’Onte | “No es el trigo ucraniano el que está en llamas, es la seguridad alimentaria del mundo la que está en llamas. ¡Rusia asumirá la responsabilidad de todos los crímenes!”, dice el texto de un Twitter del Ministerio de Defensa de Ucrania publicado en las últimas horas.

La guerra causó un efecto disparador en los precios internacionales de los granos afectando todo el comercio mundial, sobre todo los países más pobres.

La foto y el texto del tuit que se publica a continuación denuncian que Rusia está destruyendo trigo en campos ucranianos en un momento en que todos los gobiernos y organismos internacionales advierten sobre la falta de alimentos en el mundo, el encarecimiento de éstos y la amenaza de que faltarán y aumentarán más en el futuro próximo.

No es la primera vez que se denuncia este tipo de comportamiento, la guerra no sólo es el frente de batalla cruento con aviones y tanques bombardeando ciudades. También es una guerra diplomática, una guerra comunicacional, energética, y una guerra de commodities y en ellos los alimentos son fundamentales para el mundo entero.

Sólo en junio hay varios hechos que demuestran que la producción, existencias, disponibilidad y distribución de productos agrícolas es una herramienta clave para los países en pugna.

El incendio en planta de Cargill. Seguramente todos vimos y recordamos las imágenes de una planta de Cargill ardiendo, ocurrió en Kernel, el mayor productor de aceite de girasol de Ucrania, hecho que tuvo lugar la primera semana de junio y cuya responsabilidad se atribuyó a Rusia. Cargill es una compañía estadounidense y una de las principales agroexportadoras del mundo, la sola noticia empujó el grano al alza en la cotización de Chicago, que en ese momento superó los US$ 400 la tonelada.

Depósitos destruidos. En la segunda quincena de junio se difundió que misiles rusos afectaron depósitos de granos de Viterra en Ucrania, hecho publicado y confirmado por Reuters.

Sin embargo, en esta guerra que tiene a la producción agrícola en la mira, no todo es destrucción, también hay robos: el 30 de junio se reportó que por primera vez desde el comienzo de la guerra un buque granelero partió desde el puerto de Berdyansk (Ucrania), portaba 7.000 toneladas de granos y el destino serían países amigos de Rusia.

La advertencia de Timothy Snyder, el docente de la Universidad de Yale.

El jueves 7 de julio trascendió que aproximadamente el 22% de las tierras agrícolas ucranianas fueron ocupadas por las fuerzas militares invasoras. El dato surge a partir de las imágenes tomadas por satélites de la NASA y analizadas por técnicos de la agencia estadounidense. También se reportó que el 28% de los cultivos de invierno y el 18% de los cultivos de verano está bajo control ruso.

Un dato aparte pero que nos ayuda a entender, es la opinión del profesor de historia de la Universidad de Yale, Timothy Snyder, quien en su cuenta de Twitter advirtió que la estrategia del presidente ruso Vladimir Putin consiste en incrementar el hambre.

El docente, que es especializado en historia de Europa Central y Oriental y el Holocausto, escribió: “Rusia planea matar de hambre a asiáticos y africanos para ganar su guerra en Europa. Este es un nuevo nivel de colonialismo y el último capítulo en la política del hambre”.

Por tanto, lo que Rusia pueda hacer con las fecundas tierras ucranianas como con lo que hay plantado en ellas dependerá de la voluntad de Putin, quien no ha sido muy comprensible con las necesidades de la humanidad, pero no debería tomarnos por sorpresa ya que el control de alimentos es una vieja táctica de las fuerzas invasoras.

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