“Esa agricultura intensiva en conocimientos es la que nos permitirá producir en ambientes críticos, en la que gracias a la edición génica se van a poder salvar vidas y avanzar en la eficiencia de los procesos biológicos”, dijo el director de IICA.

En una charla, el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la agricultura (IICA), Dr. Manuel Otero, destacó la importancia de la agricultura, sector que actualmente tiende a consolidarse como el eje estratégico del continente americano y a nivel mundial.

La afirmación la hizo en una charla en la sede de IICA en la ciudad de San José, Costa Rica, en la cual participaron unas 60 personas, y que tuvo lugar el marco de las sesiones de la 32ª Conferencia Global de la International Food and Agribusiness Management Association (Ifama) y del diálogo de la coalición NextGen Ag Impact Network (NGIN).

 Ifama es una red que reúne a empresarios, académicos, estudiantes y forjadores de políticas públicas para la cadena de valor de la industria de los alimentos que buscan resolver problemas comunes del sector a nivel global. En tanto que NGIN es la red global de redes para líderes en agricultura, cuyo fin es empoderar a los jóvenes en el agro y el campo, en aras de alcanzar un impacto transformador hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Ambas iniciativas cuentan con el apoyo de Bayer, compañía aliada del IICA.

“La agricultura intensiva en conocimiento ofrece enormes oportunidades”, indicó Otero, agregando que permite producir bajo ambientes adversos, avanzar en procesos biológicos y dar pasos firmes hacia una agricultura climáticamente inteligente, hacia la que ya se está transitando.

“Tiene que ser una agricultura nutricionalmente inteligente, socialmente responsable, resiliente y diversificada en relación con los mercados. La agricultura intensiva en conocimientos no va a parar, apoyando a los gobiernos para que puedan capitalizar la mayor parte de los beneficios”, añadió.

Eso sí, enfatizó en que se requerirá de más ciencia, tecnología e innovación, investigadores, emprendedores, capital y políticas públicas adecuadas para poder aprovechar su potencial y propiciar la transformación de la agricultura y los sistemas agroalimentarios.

“Esa agricultura intensiva en conocimientos es la que nos permitirá producir en ambientes críticos, en la que gracias a la edición génica se van a poder salvar vidas y avanzar en la eficiencia de los procesos biológicos. Es decir, hay una nueva frontera de conocimientos increíble; necesitamos más investigadores, innovación, más emprendedores, obviamente capital para seguir generando empresas y en adecuados entornos de política para generar círculos virtuosos que es tan importante”, complementó.

Otero remarcó además el rol clave que tiene las Américas como garante de la seguridad alimentaria planetaria, y el papel de la agricultura como herramienta fundamental en esta tarea, así como para la sostenibilidad ambiental, la búsqueda de paz y la estabilidad democrática.

“Somos hoy el continente más importante en cuanto a provisión de alimentos y tenemos enormes oportunidades de aprovechar la agricultura intensiva en conocimientos; esta es la hora de la agricultura y no podemos desaprovecharla, los ojos del mundo están sobre las acciones que va a tomar América Latina en cuanto al futuro de la agricultura, que tiende a consolidarse como el eje estratégico de nuestro continente y a nivel mundial”, mencionó.

“Nuestro continente es la región exportadora neta de alimentos más grande del mundo; América Latina y el Caribe es responsable del 15% de todos los alimentos que se comercializan, si incorporamos a Estados Unidos y Canadá, una de cada tres toneladas de alimentos viene de este continente, entonces, tenemos una responsabilidad sustantiva, nuestra misión es realmente muy grande, generamos alimentos que tienen que ser sanos, abundantes y nutritivos”, dijo.

UNA REGIÓN DE CUALIDADES ÚNICAS.

Otero mencionó también que la región posee cualidades que la hacen única como contar con “el mayor reservorio de agua, tener a los países más megadiversos del planeta” con invaluables “recursos biológicos y gran capital humano con mucho que aportar al mundo”.

 Otero aprovechó para resaltar la trascendencia de colocar a los agricultores en el centro como piezas medulares para este desarrollo agropecuario y rural que se busca, aunado a lo vital de establecer vínculos entre el sector público y privado, la academia, y otra serie de instituciones y organizaciones comprometidas con este fin.

“Es importante la inclusión social y económica de nuestros agricultores familiares, que puedan ser protagonistas de su propia transformación, pensar que hay un futuro para sus familias, para que las zonas rurales sean lugares de progreso, generación de empleo, divisas, y por supuesto que ahí hacen falta buenas prácticas, sistemas de extensión basados en las tecnologías digitales”, concluyó.

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