Las ganancias extraordinarias de ANCAP -al menos por ahora- aseguran un colchón para mantener los valores en el surtidor.
Más allá de los anuncios de los defensores de mantener los 135 artículos de la LUC (NO derogarla) o de los detractores, que sostienen que la vigencia de estos artículos a plebiscitar el próximo 27 de marzo ocasionarían una disparada del precio de los combustibles (defensores del SI), la cotización del crudo sigue su trepada mundial, algo que -de mantenerse- terminará por impactar en ambas posiciones de igual forma.
Véase que el barril Brent sobre las 21.30 de ayer arañó los 90 dólares (según el sitio https://www.preciopetroleo.net/brent.html alcanzó los U$S 87.61, aunque llegó a estar a más de 89 dólares a media tarde). La información también dio cuenta que en estos primeros 20 días del año, el crudo aumentó un 14.41 por ciento, al tiempo que el WTI (el que toma como referencia la URSEA para confeccionar el PPI) se situó ayer a última hora en U$S 86.29.
TODAVÍA NO PASÓ LO PEOR
Si alguien pensaba que lo peor ya había pasado, basta ver los presagios de la consultora especializada, Goldman Sachs, que anunció que los precios del petróleo Brent llegarán a 100,00 dólares por barril en los últimos 2 trimestres del 2022, citando un impacto en la demanda menor a lo esperado por la variante ómicron del coronavirus, sumado a más interrupciones al suministro y los déficit de bombeo de la OPEP.
En este contexto, dentro de los próximos cinco días la URSEA deberá entregar el informe de enero al Poder Ejecutivo, que naturalmente reflejará en sus números este aumento inusual, aunque no se necesitan muchas cuentas ni especulaciones para presagiar una fuerte suba del galón a nivel internacional, que impactará en los surtidores de todo el mundo.
PETRÓLEO DEPENDIENTE
La situación en un escenario “petróleo dependiente” sería caótica, máxime con los augurios de los 100 dólares el barril, aunque en el caso de Uruguay el Poder Ejecutivo analiza -mes a mes- el PPI de URSEA, y el informe elaborado por ANCAP en igualdad de condiciones a la hora de definir el precio en el surtidor, lo que -al menos por ahora- asegura al gobierno mantener los valores de febrero en base a las ganancias extraordinarias del ente, que contrarrestan la trepada del crudo.
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