Zoológicos y circos. La inapropiada comparación con las jineteadas.
Zoológicos ni circos constituyen una tradición para Uruguay ni para los uruguayos, sí las jineteadas por expresar parte de nuestra identidad, de lo que somos.
Hébert Dell’Onte | El exdirector ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA), Dr. Gastón Cossia se pronunció contrario a las jineteadas y se sumó así a las críticas que las instituciones animalistas realizan a esa actividad. También comparó las jineteadas con zoológicos y circos.
El miércoles 13 de abril en su cuenta de Twitter, Facebook e Instagram, el profesional publicó una foto de un caballo en el piso sujetado por 4 personas mientras otra ayuda a salir al jinete, una escena común en las jineteadas que se llevan a cabo en todo el país durante la Semana Santa.
Acompañando la imagen escribió que los zoológicos y circos “también eran tradiciones dirigidas a niños”, pero que la “evolución ha cambiado la sensibilidad”. Y llamó a tener “empatía y respeto hacia el sufrimiento para evitar el dolor y el estrés de los animales en los espectáculos públicos”.
Finalizó con un “ya llegará…”, anticipando que en algún momento las jineteadas se prohibirán en el país.
La posición del Dr. Cossia parte de dos supuestos equivocados.
En primer lugar, equipara como “tradiciones” los zoológicos y los circos con las jineteadas. Hay que decir que cuando en Uruguay se hace referencia a la tradición se señala aquellas actividades y festividades que expresan diferentes rasgos de identidad de los uruguayos. Los zoológicos ni los circos son tradicionales en ese sentido, que sí lo son las jineteadas.
La palabra zoológico significa “donde se estudian animales”, pero en el sentido más popular es el lugar donde se colecciona o cría determinado número de animales. En sus inicios varios años antes de Cristo esas colecciones eran privadas y sólo unos pocos poseían, luego los animales comenzaron a exhibirse al público y se convirtieron en lo que conocemos en la actualidad.
En cuanto a los circos, se originan en China y también muchos años antes de Cristo, pero según la revista National Geográphic el espectáculo circense “tal como lo entendemos en la actualidad tiene sus orígenes en la segunda mitad del siglo XVIII” cuando en el año 1768, Philip Astley un jinete de origen inglés, alquiló un terreno y presentó un espectáculo de destreza con un par de animales.
Los zoológicos es verdad que están más arraigados, pero no así los circos que son de pasajes esporádicos y para revivir nombres destacados a nivel nacional hay que remontarse a viejos artículos periodísticos o la memoria de los abuelos. De todas formas, unos ni otros constituyen una tradición para Uruguay ni para los uruguayos, sí las jineteadas que se realizan en Uruguay, Argentina y Brasil.
En segundo lugar, el Dr. Cossia da por hecho que el caballo de las jineteadas lleva una vida de sufrimiento. Seguramente ese es un argumento válido para los circos y habría que estudiar cada caso en los zoológicos, pero alcanza con observar el estado de las tropillas para ver que esos animales no pasan tan mal como se afirma por parte de algunos.
Además, desde 2014 el ruedo cuenta con un veterinario que controla el trato animal, y a partir de este año es número se aumentó a 3, y cualquier situación de maltrato se denuncia.
Una pregunta no menos importante es qué destino tendrán los caballos utilizados para las jineteadas si ésas se llegaran a prohibir, quién se va a ocupar de su comida y sanidad.
Finalmente, el Dr. Cossia llama a tener “empatía y respeto hacia el sufrimiento” de los animales. No parece ser la persona adecuada para hacer tal reclamo cuando precisamente fue empatía y respeto lo que le faltó cuando tuvo la responsabilidad de buscar soluciones efectivas para frenar el sufrimiento de los ovinos, vacunos y hasta equinos atacados una y otra vez por perros en todo el país. No se lo vio hacer mucho al respecto.