Argentina y el modelo de Sísifo.

Argentina y el modelo de Sísifo.

Mirado de afuera lo que se ve es un país con un gran potencial económico, pero hundido en una profunda desconfianza y un gran vacío político.

Hébert Dell’Onte | Lo de Argentina parece no tener remedio, es como una gran rueda que gira y siempre, antes o después, la crisis vuelve a imponerse, inexorablemente, amenazando con fuertes crisis, devaluaciones, el no pago de deudas, la caída del presidente de turno e incluso el golpe de Estado.

Algunos dicen que es la política lo que condiciona la economía, otros que la economía es un enchastre por sí sola, también he leído por ahí que es la forma de ser de los argentinos que los lleva a elegir a personas que no están preparadas. De cualquier forma la rueda sigue girando y luego de unos años de relativa y a veces delicada estabilidad, se vuelve al punto de partida, como Sísifo.

Eso es lo que está sucediendo por estas horas en el país vecino y hermano. Tensiones e incertidumbres políticas como económicas, y aquí otra vez la pregunta sobre qué es primero, la política o la economía, la cual no es menor porque de su respuesta depende cuáles son las medidas correctas.

Mirado de afuera lo que se ve es un país con un gran potencial económico, pero hundido en una profunda desconfianza y un gran vacío político. No hay quien ordene la casa y aquellos que deben tomar medidas para poner el barco rumbo a buen puerto no tienen apoyos ni autoridad para indicar el camino.

Quizá sea la economía, pero lo cierto es que sin una política con mando y ordenada, todos lo demás se cae. Tan es así que las salidas de las crisis comienzan siempre con decisiones políticas. Pero en Argentina lo que menos funciona es la política con un Gobierno fraccionado y con una oposición interna atroz mucho más letal que los opositores externos.

Paralelamente, en las últimas horas, las noticias sobre posibles cambios en el gabinete son tomadas por todos los medios de comunicación y consideradas por importantes analistas políticos.

La sola posible incorporación de Sergio Massa en el gabinete nos muestra que el primer paso siempre es político. Al parecer el ahora presidente de la Cámara de Diputados llegaría a ocupar el ministerio de Economía con lo cual se destituye a la actual ministra Silvina Batakis que no llegó a estar un mes en el cargo y que ahora ni siquiera está en el país porque viajó a Estados Unidos a hablar y negociar con el Fondo Monetario Internacional.

Vean que papelón, en tan poco tiempo otro cambio de ministro y el nuevo que asuma (seguramente Massa) debería volver a reunirse con el FMI. Hay mucha improvisación, ausencia de un rumbo y liderazgo.

También puede suceder que Batakis continúe en Economía y Massa ocupe un cargo por encima de ella y de otros ministerios, un hombre con “superpoderes” dijeron algunos medios porteños, un “superministro” señalaron otros.

El tiempo dirá. Mientras tanto, como si fuera una maldición Sísifo sonríe.

En la foto Massa y Batakis | Foto Twitter de Sergio Massa.

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