Lo que está pasando con el comercio exterior argentino es una tragedia silenciosa.
Desde 2007 Argentina está perdiendo empresas exportadoras. Perder esas empresas es perder el futuro: es perder mejores oportunidades, mejores empleos, mejores productos, mejores servicios.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Después de las medidas del Gobierno muchas noticias se concentran en los tipos de cambio. Pero lo que está sucediendo a nivel operativo en el comercio exterior de Argentina es una tragedia silenciosa.
Veámoslo desde el punto de vista de un exportador:
Hace algunas semanas una de las navieras más importantes del mundo, avisó a sus clientes que dejó de aceptar pagos en Argentina. La naviera trabaja en todos los países del mundo y se hartó de tener que entender la normativa argentina y esperar permisos del Banco Central (BCRA).
Para hacer un paralelismo, sería como que Netflix dijera: solo acepto pagos en dólares y fuera del país. Las empresas más grandes y que exportan recurrentemente se van a pelar las pestañas, pero alguna solución van a encontrar. Sin embargo, el 90% de las empresas que exportan son PyMEs.
Para que se entienda la paradoja: una empresa argentina hace un producto que el mundo demanda y gana un mercado. Le pagan en dólares en el exterior. Pero no puede usar esos dólares para pagar el flete, los servicios portuarios, etc. Tiene que ingresar las divisas a Argentina.
En ese momento el dólar se lo computan al tipo de cambio oficial. Pero ahora las navieras, como se cansaron de esperar las aprobaciones del BCRA por el dólar oficial, piden que el pago se haga en dólares afuera. De un día para el otro la empresa tiene que pagar el doble por la logística.
Una aclaración importante: exportar no es hacer un producto, dejarlo en el puerto y olvidarte. Muchas empresas argentinas tienen depósitos, operaciones y empleados en los principales puertos y destinos del mundo. “Producen dólares” pero no los pueden usar para sus costos internos.
Una empresa me decía el otro día que tiene costos sin pagar por 1.000.000 de dólares y que hace meses que el BCRA no los habilita a comprar dólares. En el medio hay costos financieros, se endeudan, se tensa la relación con los clientes y proveedores. Se pierden mercados.
Otra empresa me dijo: “Vamos empeorando los clientes que podemos conseguir. Imaginate que le vendíamos a un supermercado premium en Europa. La primera vez que le dijimos que teníamos un problema nos entendieron. La segunda vez se fueron a buscar otro proveedor”.
Exportar es una de las cosas más complejas que le podemos pedir a una empresa. Es el mejor estándar. Implica tener un producto de calidad, demandado por el mercado internacional, implica logística interna y externa, procesos, trámites en diversos países. Es ser competitivo.
Argentina viene perdiendo empresas exportadoras desde el 2007. Pasamos de tener más de 14.000 a menos de 10.000 en estos años. Perder estas empresas es perder el futuro: es perder mejores oportunidades, mejores empleos, mejores productos, mejores servicios.
Llegamos a la ridiculez de que durante 30 años se habló del miedo a las importaciones que destruyen la industria y de la necesidad de exportar y hoy subsidiamos la importación y penalizamos las exportaciones.
Otro empresario me dijo: “El cepo es una boa. Al principio te lo bancas. Pero la boa aprieta hasta que te quedas sin oxígeno”. El cepo es barrer los problemas macroeconómicos abajo de la alfombra. Un día la vamos a levantar y vamos a ver que perdimos mucho más de lo que pensamos.
—
Nota de redacción: El artículo fue armado por Todo El Campo en base publicaciones que Matías Fernández hizo en su cuenta de Twitter.
Los comentarios y análisis que Fernández realiza a través de las redes sociales se pueden seguir en Mati Fernandez @matifer | En la foto, contenedores en el puerto de Buenos Aires, Argentina | Foto de la Administración General de Puertos (AGP).