El laberinto europeo: las protestas del campo, la espera del Mercosur, y China que observa.
Además de económica, la UE y China deberían mirar un posible TLC con el Mercosur como una estrategia geográfica y política. Seguro que los chinos lo entienden así, los europeos parece que no.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La agropecuaria europea está atravesando momentos definitorios. Mientras las protestas no cesan y las autoridades comienzan a rever algunas medidas que las causan, sigue debatiéndose el acuerdo Mercosur-Unión Europea que, además de ser un acuerdo comercial como todo tratado de libre comercio, está en juego la estrategia del bloque europeo respecto al sudamericano y la posibilidad -el error fatal, debo decir- de dejar esta parte del mundo libre a una China ambiciosa que no deja de extender sus redes y que además tiene los objetivos más claros, unificados, y que se comporta de forma más pragmática.
Vayamos por partes.
Las manifestaciones del campo europeo llevan ya varios días pero no son contra ningún Gobierno en particular. Más bien contra Bruselas que es donde nacen las políticas agropecuarias de la UE. Eso es bueno precisarlo para que la protesta no se politice ni ideologice, algo que algunos interesados e inescrupulosos militantes políticos han querido hacer para arrimar agua a su molino.
GLOBALISTAS EN RETROCESO.
Como alguna vez lo supo hacer Un Solo Uruguay en nuestro país, los agricultores y ganaderos de toda Europa se han convocado de forma espontánea y apolítica, para manifestarse respecto a la situación que están atravesando, y aunque cada país presenta sus particularidades, el foco de las protestas está puesto en las políticas europeas que desde hace algunos años se encaminan a la reducción (¿hasta su desaparición?) de la agropecuaria, en pro de una agenda verde que busca establecer emisiones cero. O al menos esas son las explicaciones que dan.
Ya en 2023, los productores de Países Bajos realizaron concentraciones que resultaron en que Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, abandonara los planes para exigir al sector agrícola que reduzca las emisiones de metano y nitrógeno en un tercio para 2040.
Ahora, la Comisión Europa se enfrenta a otra derrota, al tener que abandonar sus planes de reducir del uso de pesticidas a la mitad durante el mismo período de tiempo. Los productores advierten que de sostenerse esa medida se expone al sector y lo debilita frente a otros países competidores y que ingresan al continente con mejores precios y sin tener que cumplir con la normativa ambiental europea.
Otro paso atrás de las autoridades fue el abandono de las políticas que buscan reducir el consumo de carne.
Otro renglón para subrayar es el poco sustento científico que tienen muchas de las medidas anticampo que toma la UE.
De todas maneras es interesante la afirmación del Von der Leyen: “Nuestros agricultores merecen ser escuchados”, dijo, pero el periodismo europeo dice ignorar si las concesiones hechas por Bruselas son suficientes para retomar la calma.
Lo que ya es evidente y nadie niega, es el poder de movilización y presión que tienen los agricultores. Si antes no emplearon ese potencial fue porque no quisieron, aunque las manifestaciones del campo contra la agenda verde europea comenzaron hace algunos años en Países Bajos, y desde entonces no han dejado de acumular potencial hasta llegar a la actualidad, causando verdaderos estragos en el normal funcionamiento de importantes ciudades.
Así y todo, los agricultores han logrado una muy buena base de apoyo ciudadano que considera justificadas las manifestaciones. No podría ser de otra forma en cuanto los productores son responsables directos de la seguridad alimentaria de cada país, y de todo el continente.
TLC CON EL MERCOSUR.
Por otra parte y como trasfondo, los gobiernos europeos y los propios productores debaten si deben avanzar o no en un tratado de libre comercio con el Mercosur. Un tema que en Uruguay nos tiene aburridos y desanimados, pero que enardece a los europeos en un debate que no logra ponerlos de acuerdo.
Asimismo, un TLC entre ambos bloques representa una importancia estratégica para la UE que no quiere -y no es conveniente para sus intereses- dejar a América Latina en manos de China.
Marie Krpata, investigadora del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), advirtió que si el acuerdo UE-Mercosur fracasa, se incrementará el peso económico de China en menoscabo de la UE que se alejaría de esta parte del mundo que es clave en la producción de alimentos para el mundo.
Además de económica, la UE y China deberían mirar un posible TLC con el Mercosur como una estrategia geográfica y política. Seguro que los chinos lo entienden así, los europeos parece que no.
Foto de portada: movilización de productores en España | Foto de Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla y León.