Si no hay cambios en el sector pesca, esa actividad va a “desaparecer”.
La pesca tiene “tres grandes problemas” que son la relación con el sindicato, el precio del combustible y la centralización de todo en la Dinara.
El país, los ciudadanos y los gobiernos han dado la espalda la pesca, con lo cual Uruguay se pierde una actividad que genera mano de obra y divisas genuinas en exportaciones que en un momento fueron de US$ 240 millones, en 2021 fueron US$ 100 millones, y que puede superar el máximo mencionado
Juan Riva Zuchelli, presidente de Cámara de la Industria Pesquera dijo que ese es un sector que está en el CTI y que de esa situación se sale en conjunto con los sindicatos, el Gobierno y los empresarios. “Si no cambiamos, esto va a desaparecer”.
“En Uruguay se habla poco de la pesca y Uruguay está de espaldas al mar, una frase que además de repetida es una realidad” y que refiere a la gente, al ciudadano, pero también a las autoridades, porque el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca “por lo general solo es de Ganadería y Agricultura”.
Sin embargo “lo positivo es que esta administración ha tenido intensiones de dedicarle tiempo para intentar mejorar la situación de la pesca, lo tenemos que reconocer, y con el ministro (Fernando) Mattos nos reunimos de forma periódica tratando de resolver las situaciones críticas” por la que se está pasando, comentó.
En el diagnóstico de Riva, “la pesca está en el CTI y lo primero que tiene que hacer es salir de ahí para luego clarificar qué es lo que se va a hacer” con esa actividad que tiene el potencial de generar mucho más al país.
Los tres grandes problemas.
Riva Zuchelli subrayó que el sector pesca tiene “tres grandes problemas” que son: La relación con el sindicato, el precio del combustible y la centralización de todo en la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara).
Sobre los sindicatos planteó que “arriba de un barco hay 3 sindicatos”, sin importar el tamaño del buque. Están: “El sindicato de los capitanes del barco, el sindicato de maquinistas y el sindicato de marineros”. Este último “es el más conflictivo”.
Uno problema “básico” es que “para que una persona pueda trabajar en un barco tiene que estar afiliada a uno de los sindicatos, no hay chance de que se pueda contratar a alguien que no sea afiliado y eso hace que el poder del sindicato dentro del barco es muy grande”.
Respecto al combustible, dijo que el valor lo fijado Ancap, y hoy el costo es “tres veces el de hace un año”.
“Hace un año costaba US$ 500, hoy US$ 1.513” y para la pesca “es uno de los insumos más importante con un gasto de mil litros por día”, eso genera un alto costo al punto de que “cuando termine la zafra en el mes de setiembre no sabemos si vamos a poder seguir trabajando con ese valor”, advirtió.
En cuanto a la Dinara Riva Zuchelli señaló que “es una de las divisiones del MGAP que tiene un poder absoluto, tiene muchísimas condiciones para la pesca, lo cual es correcto pero es un exceso. Es decir, Dinara puede dar permisos, decir qué se pesca, cómo se pesca, qué barco. Dinara hace todo, decide la multa, cobra la multa. Tiene un poder y una burocracia muy grande”.
Lo mejor para la pesca sería contar con institutos que integren a los actores privados, reclamó: “Pretendemos tener un instituto similar a INAC, Inavi, Inale o Inase. En toda actividad agropecuaria hay un instituto en el cual participan los actores privados, en cambio la pesca es el único en el cual no participamos en ninguna decisión, no tenemos voz, salvo en las reuniones que estamos empezando pero son reuniones para delinear un plan en por lo menos diez años”.
Banco de Seguros del Estado.
Otro problema del rubro pesquero es el Banco de Seguros, “el aporte de la pesca por accidente de trabajo es el 11% de los salarios lo que es enorme, la jubilación bonificada es de promedio un 8%. O sea que de pique hay casi un 20% de aporte más el 7,5% que pagamos todas las empresas, lo que hace que los números no cierren”.
Son realidades que hay que cambiar para poder manifestar toda la capacidad posible. En 2021 la exportación de la pesca generó ingresos por US$ 100, un total nada despreciable pero menor a los US$ 240 millones facturados en mejores tiempos. “Nuestro objetivo es superar ese total, pero para eso debemos fomentar y desregular”, dijo.
El estado de la flota.
Sobre el estado de la flota pesquera, el titular de la Cámara de la Industria Pesquera matizó lo que a veces se dice o escucha. Dijo que la palabra correcta para definirla es “vieja” con un “promedio arriba de los 30 años”.
“No toda la flota está en una situación crítica”, aseguró, y resaltó que “todos los barcos tienen el certificado de navegabilidad”, y que “dentro de la situación delicada hay empresas que han renovado sus flotas trayendo barcos usados pero a nuevo”.
“Las adecuaciones necesarias se hacen”. La flota “es vieja pero está aprobada y dentro de las posibilidades está siendo renovada con barcos usados hechos a nuevos o con mantenimientos importantes”.
Entrevista completa.