Lo de Ucrania es de fácil comprensión, pero lo que pasa en Groenlandia, con Trump queriendo la Isla para Estados Unidos, parece un disparate mayúsculo. Sin embargo, con política y diplomacia es realmente posible que eso suceda en los próximos años. Solo depende de los groenlandeses.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Este martes 11 se dieron dos hechos en política internacional que pueden marcar un giro para el mundo. El primero y más evidente es el proceso de paz en Ucrania; el segundo y más sutil, las elecciones en Groenlandia, territorio que Donald Trump quiere para Estados Unidos.

Antes de continuar hay que decir sobre Groenlandia que así planteado -Trump lo quiere para Estados Unidos- parece un disparate mayúsculo, sin embargo, con política y diplomacia es realmente posible que eso suceda en los próximos años. Depende de los groenlandeses.

¿FIN DE LA GUERRA DE UCRANIA?

El martes 11 de marzo se realizó en Yenda, ciudad de Arabia Saudita, la primera reunión entre representantes de Estados Unidos y Ucrania, instancia impulsada por Washington para acordar la paz entre Kiev y Moscú y finalizar la guerra que comenzó en febrero de 2022 con la invasión de Rusia.

Participaron de la cumbre el canciller saudí, Faisal bin Farhan, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y su homólogo ucraniano, Andrí Sibiga. Horas antes el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se reunió con Mohamed bin Salman, el príncipe heredero saudí.

El resultado fue que Ucrania aceptó la propuesta estadounidense para iniciar un cese de las hostilidades de forma inmediata y por 30 días. A cambio Estados Unidos volverá a apoyar al Kiev incluyendo el área de inteligencia militar.

Otro punto acordado y no de menor importancia es el de cerrar cuanto antes el acuerdo sobre minerales ucranianos.

Zelenski valoró la propuesta de paz como “positiva” y celebró que Estado Unidos entienda la posición y los argumentos de su país.

Ahora viene el segundo paso y no será nada sencillo: Estados Unidos debe dialogar con Rusia y convencerlo de que también acepte su propuesta. Desde Washington se dice que hay confianza en que Moscú tenga un gesto de buena voluntad aceptando parar las acciones bélicas.

¿TRUMP PUEDE COMPRAR GROENLANDIA?

No es la primera vez que Donald Trump plante comprar Groenlandia, la isla más grande del planeta ubicada en América del Norte y perteneciente a Dinamarca, así lo establece la Constitución danesa.

La isla es autónoma pero su política exterior como defensa es decidida desde Dinamarca, y es Dinamarca la que se hace cargo de los servicios públicos, más de US$ 500 millones anuales.

La mayoría de sus habitantes, que no llegan a 60.000, son partidarios de la independencia -más del 60%-, pero son conscientes que no podrían hacerse cargo de esos servicios, o que simplemente no quieren asumir ese costo, por lo que muchos de los que votarían por una independización terminan no haciéndolo. Prefieren la seguridad que reciben desde Copenhague.

Analistas internacionales dicen que la estrategia de Trump es que los groenlandeses acepten la independencia de Dinamarca y la voten en las urnas, para luego Estados Unidos hacerse cargo de los mismos servicios e incluso más, para que la oferta sea tentadora, a cambio de la explotación de recursos naturales.

Desde Nuuk -la capital de la isla- se dice que sus habitantes se han pronunciado en contra de la explotación minera y no parecen querer cambiar eso. Así y todo, si Estados Unidos logra hacer de Groenlandia un estado asociado, ese solo hecho le da un peso geopolítico clave en una zona del mundo que no por ser olvidada es valiosa en muchos aspectos.

TRUMP NO ESTÁ CHIFLADO.

Cuando Donald Trump aspira a integrar a la isla a Estados Unidos -y algo parecido con el canal de Panamá- enseguida surgen comentarios que refieren a una especie de locura del mandatario.

Esa es la lectura fácil. Hay que tratar de entender cómo está cambiando el mundo para encontrar una explicación de lo que está sucediendo y el calificativo de locura es una simplificación sin sentido.

Por alguna razón Estados Unidos, pero también Rusia y China han puesto atención a la isla, y a todas esas potencias les interesa el resultado de las elecciones del martes 11, porque la integración del Parlamento local compuesto de 31 diputados puede ser clave para llevar a cabo el proceso de independencia o por el contrario atarse más a Dinamarca.

LA POLÍTICA DANESA EN DOS SERIES DE NETFLIX.

Borgen es una serie política de Dinamarca que aborda varios de los problemas y desafíos que tiene o ha tenido el país, y sirve para conocer un poco más sobre una zona del mundo a la que no solemos prestar atención.

Borgen: Reino, poder y gloria es un spin-off o secuela de la anterior en la cual se trata desde la política y la diplomacia una disputa por petróleo en Groenlandia que muestra la isla desde su interior, con varios intereses internacionales mezclados y que amenazan con volverse una crisis global.

Foto de portada de la ciudad de Nuuk, capital de Groenlandia | Foto de Corgijuana en Pixabay.

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