Si Uruguay quiere buenas zafras de camarones, debe permitir su retorno para la reproducción en el sur de Brasil.
El oceanógrafo Orlando Santana, explicó que el camarón se convirtió en un producto finísimo y grumet en la cocina turística y la cocina fina uruguaya.
Montevideo | Todo El Campo | En Uruguay el camarón es un recurso natural que se pesca en las lagunas costeras en un marco paisajístico excepcional. Su pesca tiene múltiples valores, desde la generación de fuentes de trabajo, hasta el cultural que Humberto Ochoa y Nelson Pindingo Pereyra hicieron poesía y canción.
“La trampa de la laguna / cerró su boca de arena, / llora el Valizas su pena / en lo arrastrar de la luna / al ver su plata serena”, comienza la Canción del camaronero, y más adelante una de sus estrofas dice: “Le canto camaronero / a tu perfil de agua y duna, / sabes vestirte de luna / y con clavel de lucero / te miras en la laguna”.
El oceanógrafo Orlando Santana, explicó que el camarón se convirtió en un producto finísimo y grumet en la cocina turística y la cocina fina uruguaya.
Su crecimiento ha sido enorme, pasando de las 5 toneladas de hace 35 años, hasta récord de 220 toneladas en 2018: “Nosotros pensamos que para que haya pescadores se debe asegurar el recurso, el producto”, comentó.
Asimismo, se logró “torcer el destino fatídico de una laguna que por seis zafras no tuvo camarón. Esa fue la laguna de Rocha”. En octubre del año pasado las autoridades y los pescadores decidieron abrir la barra de la laguna de Rocha” y el regalo fue de 100 toneladas del mejor camarón, del más grande, más caro”.
Esa producción debe realizarse de forma sostenible, sin afectar la permanencia del recurso.
Santana señaló: “Para que haya zafras camaroneras tiene que haber larva en la primavera tardía que pueda entrar en los ecosistemas. Como el camarón no se reproduce en aguas uruguayas, nosotros tenemos que proporcionar todos los años una determinada cantidad de camarones, dejar que escapen y se incorporen a las zonas de reproducción del sur de Brasil”. Ese cuidado es importante porque es la manera de asegurarnos “el retorno a partir de julio, agosto o setiembre, de una buena cantidad de larvas que son las que nos van a devolver una buena zafra en verano y en otoño”.
Eso es “tan sencillo como asegurar vacas preñadas para que tengamos terneros en la primavera próxima. Eso es fácil de entender, pero llevó muchos años porque es muy difícil”.
Lo fácil es comenzar la zafra, pero es muy difícil poder decir ‘paremos con la zafra y dejemos que algo de camarón escape para asegurarnos la zafra para el año siguiente’. Esa parte todavía no la tenemos”, expresó Santana.
Foto de turismorocha.gub.uy
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