Investigaciones realizadas por una agencia australiana demostraron que es posible reducir las emisiones más del 80% en ensayos de laboratorio. Ahora hay que trasladar ese logro a los tambos y que sea comercial y productivamente beneficioso.
Sea forest, una compañía australiana, y la cooperativa láctea Fonterra están estudiando el potencial de las algas Asparagopsis (foto) para reducir el metano en un sistema de cultivo alimentado con pasto. Csiro, una agencia australiana de investigación demostró que las emisiones se reducen considerablemente (más del 80%) en ensayos de laboratorio.
Jack Holden, gerente general de sostenibilidad de Fonterra, dijo a Dairy Reporter que el uso de las algas debe probarse fuera del laboratorio: “Necesitamos averiguar si podemos usar este suplemento de una manera que sea segura para las vacas, segura para los consumidores y para garantizar que no haya impacto en el sabor o la calidad de la leche”.
Los estudios llevan ya dos años y se ha trabajado con 900 vacas lecheras en Australia, las que “han sido alimentadas con pequeñas cantidades del suplemento de algas marinas y los resultados han sido prometedores en cada etapa. Ahora estamos expandiendo la prueba a través de tres tambos adicionales, para probar la aplicación del suplemento a escala comercial”, explicó sobre el avance de la investigación.
Además de lo expresado en el párrafo anterior, es importante que el uso de las algas sea “fácil de implementar y beneficioso para los agricultores” porque de lo contrario los productores no podrán adoptar su uso. “Si el ensayo resulta exitoso, hemos acordado con Sea Forest que los agricultores de Fonterra tendrán primero acceso a la solución comercial de Asparagopsis”.
El CEO y fundador de Sea Forest, Sam Elsom, comentó que “Asparagopsis es un alga común nativa de las aguas de Tasmania y Nueva Zelanda” y que esa empresa es “la primera en el mundo en cultivarla a escala comercial a través de la acuicultura marina y terrestre”.
OTRAS TECNOLOGÍAS Y HERRAMIENTAS EN LA FASE INVESTIGATIVA.
Asimismo, desde Fonterra se es consciente que la lucha contra el metano no será sólo a través de una herramienta, sino que deberán ser varias tecnologías, y el uso de las algas es una de ellas.
Asparagopsis sería una de las varias soluciones que se están investigando, publicó Dairy Reporter. (En base a artículo de Jim Cornall. Foto de Fonterra).
“Habitualmente el foco está en características de producción y calidad de producto, pero con las mediciones que hace INIA se evalúan también variables de salud, bienestar animal, comportamiento, eficiencia y emisiones, entre otras”, dijo el Ing. De Barbieri de INIA.
Para estar preparados ante los desafíos que impone el mercado, responder a las exigencias cada vez mayores de los consumidores y capitalizar los beneficios económicos, ambientales y sociales que implica, el Programa de Carne y Lana del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) lleva adelante múltiples proyectos que, de manera integral, apuntan a obtener ovinos más eficientes, resilientes, productivos y que emitan menos metano.
Estos proyectos responden a dos de las metas que se propuso el instituto en su Plan Estratégico en base a las demandas recogidas en el sector y que se desprenden de las exigencias de los mercados de primer nivel donde quieren posicionarse. Una de ellas es disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y la otra es aumentar la eficiencia de conversión de los ovinos, es decir, que produzcan igual, pero comiendo menos alimento.
Para lograrlo, los investigadores de INIA en conjunto con instituciones como la Universidad de la República y el Secretariado Uruguayo de la Lana, realizan mediciones en diferentes puntos del país que les permiten conocer múltiples características de las poblaciones de las razas Merino Australiano, Merino Dohne, Corriedale y Texel que están bajo su evaluación genética.
“Habitualmente el foco está en características de producción y calidad de producto, pero con las mediciones que hace INIA se evalúan también variables de salud, bienestar animal, comportamiento, eficiencia y emisiones, entre otras. Así logramos una visión integral del animal y también del sistema donde está produciendo, ya que se realizan mediciones de características medioambientales en los propios predios comerciales de los productores de lana y carne ovina. Ese es un diferencial”, explicó el Ing. Agr. Ignacio De Barbieri, investigador del Programa de Carne y Lana de INIA.
Para evaluar la productividad, uno de los proyectos que lidera el instituto busca generar y poner a disposición herramientas de selección objetivas y precisas que promuevan el mejoramiento genético en aquellos rasgos económicamente relevantes para los diferentes sistemas de producción.
En lo que refiere a rasgos de resiliencia en condiciones ambientales cambiantes y desafiantes, actualmente INIA tiene proyectos en los que evalúa el temperamento del ovino y su sistema inmunológico, y otro en el que trabaja para desarrollar herramientas para el control de los parásitos gastrointestinales que lo afectan.
De manera complementaria, los proyectos Smarter, Rumiar y Grass2Gas son los que permiten al instituto cuantificar las emisiones de metano de los ovinos e identificar cuáles son los que producen igual que otros, pero comiendo menos alimento, es decir, los más eficientes.
Los beneficiarios de que los ovinos sean más productivos, eficientes, resilientes y que emitan menos metano son los productores, los consumidores y el Uruguay en general. Para el productor implica reducir costos y valorizar el producto y el sistema, lo que podría redundar en mayores ingresos. “También hay un componente de motivación para la gente, porque trabajar con animales enfermos o con complicaciones es difícil”, apuntó De Barbieri.
Desde el punto de vista del consumidor final, “si pensamos en el más exigente, que se interesa por el animal, el ambiente y la mano de obra, va a acceder a productos derivados de animales que, al ser más resilientes, han sobrellevado una vida mejor ante el estrés; que fueron producidos en un sistema donde el ambiente se cuidó, y donde las personas involucradas en el proceso accedieron a buenas condiciones de trabajo”, destacó Ciappesoni.
Para Uruguay, en tanto, “si hay buenos precios y el producto se coloca en destinos competitivos, eso repercute en la economía nacional. Además, si proyectamos en el tiempo sistemas de producción que cuidan el ambiente, esto también beneficia a toda la población”, agregó De Barbieri.
Para que estas ventajas alcancen a todos los beneficiarios es clave que, en primer lugar, la información y el conocimiento obtenidos por INIA se trasladen al sector. Ciappesoni explicó que “los resultados obtenidos en los proyectos por diferentes vías se comparten con las cabañas, que son quienes producen genética y quienes luego derraman esa genética en la población comercial que es a la que se quiere llegar. El reto está en generar estrategias para que lleguen más rápido de las cabañas a esos productores comerciales”.
Finalmente, se refirieron al tiempo que tomará alcanzar el “ovino del futuro”. “El punto de llegada se va corriendo porque las demandas cambian y eso hace que el camino no termine nunca para los investigadores. Por ejemplo, hace 20 años el desafío que teníamos era afinar el diámetro de la fibra y se generaron las herramientas para hacerlo posible. Hoy es lograr animales más eficientes, resilientes y que cuiden el ambiente. El trabajo de años en INIA nos permite tener datos muy valiosos sobre los ovinos que reúnen estas cualidades. Aun así, que esos rasgos se extiendan a toda la majada va a llevar años, pero estamos en el proceso. Y embarcarnos en el proceso es estar transitando ese futuro”, concluyó De Barbieri.
José Bonica, presidente de INIA, resumió los aspectos más importantes de la visita.
A mediados de febrero de 2021 Bill Gates hizo referencia crítica a los sistemas de producción de carne en el mundo y aconsejó un mayor consumo de carne sintética con lo cual se ayudaría a solucionar el problema climático. El llamado del magnate fue en una entrevista que concedió a la revista MIT Technology Review y tuvo una repercusión mundial que generó reacciones en todos los países productores, inclusive Uruguay.
Horas después del mensaje del famoso millonario, el entonces presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), el hoy ministro Fernando Mattos, escribió una carta en la que invitó a Gates a visitar nuestro país para ver por sí mismo cómo se produce carne en Uruguay.
El INAC lo invita “a conocer el Uruguay, país con más de 400 años de explotación ganadera en base a pasturas naturales y que es ejemplo de sostenibilidad”, escribió Mattos, y agregó: “No estamos en contra de ese producto (sintético), ni consideramos a estas iniciativas una amenaza” para la carne verdadera.
“Respetamos a los consumidores que tomen esa opción, pero nos defenderemos de ataques infundados y reclamaremos el derecho de respetar las denominaciones, rechazando cualquier intento de apropiación genérica con el ardid del falso beneficio. ¡Llámenlo como quieran, pero no es carne!”, enfatizó en la misiva.
Gates aceptó la invitación pero no vino en persona sino que envió a un grupo de expertos de la Fundación Bill y Melinda Gates con el fin de que éstos conocieran el modelo de agroproducción local, sus diferenciales y las acciones que se están desarrollando para que cada día sea más sustentable. Durante tres días, la comitiva tuvo oportunidad de recorrer diferentes sitios del país donde científicos y productores están trabajando en el tema, y de reunirse con jerarcas oficiales.
El grupo de visitantes estuvo conformado por Brantley Browning, oficial superior de programas de la fundación; Ruben Echeverria, asesor superior de Desarrollo Agrícola; Alfred de Vries, oficial superior de programas de Producción Animal, y Samuel Thevasagayam, subdirector de Desarrollo Global.
JORGE BONICA: HAY COSAS EN QUE “URUGUAY PUEDE SER EJEMPLO”.
Al respecto, el presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Jorge Bonica, dijo que “la Fundación Bill y Melinda Gates tiene casi 80 investigadores dedicados a la división agropecuaria” y que fue “la cúpula” la que vistió Uruguay.
“Ellos se dedican principalmente a los países pobres, el origen de la Fundación eran los temas de salud animal, enseguida pasaron a mortalidad infantil y luego a la nutrición. Sin querer caen en la producción de alimentos y la producción de carne, sobre todo en los países donde debido a una baja eficiencia la huella de metano pasa a ser importante”, explicó.
Agregó que Uruguay y la Fundación están “lejos de desconocer” esos problemas, y que la intención es “conocer cómo se puede tener una baja afectación ambiental en sistemas pastoriles”.
En los intercambios previos al encuentro con la Fundación a través de Zoom, “coincidimos en algunos aspectos”, “aparecieron cosas en común, cosas en que Uruguay puede ser ejemplo ante otros países, y allí surgió e término ‘observatorio’ que quedó plateado para tenerlo presente porque Uruguay puede ser útil para otros”, comentó Bonica.
El ministro Mattos en la recorrida de campo con los representantes de la Fundación y los técnicos uruguayos.
URUGUAY DEBE DAR A CONOCER LO QUE HACE.
Consultado si lo que falló fue el conocimiento que la Fundación tenía sobre lo que Uruguay hace, o si fue Uruguay que no transmitió su experiencia, el presidente de INIA dijo que se dieron “las dos cosas”.
“Ellos sabían que tenían cosas para aprender acá, pero la Fundación Gates no está en Sudamérica, entonces le quedan cosas por aprender. Y a nosotros nos lo hizo notar una semana antes el investigador que vino de California, el Dr. Frank Mitloehner, que nos dijo que ‘si hacen alguna cosa, hablen de lo que hagan’, y pude ser que nosotros tengamos un perfil muy bajo”, comentó Bonica que añadió: “Es posible que Uruguay esté dejando pasar algunas oportunidades por no charlar sobre lo que nosotros hacemos”.
La visita de la Fundación fue corta “pero se llevan la cara de nosotros, el cómo somos en el día a día, eso ya lo vieron”, y sobre ese tema “doy un ejemplo muy rápido: En INIA La Estanzuela tenemos un ensayo de rotaciones que se hizo ante la preocupación por la salud de nuestros suelos. Ese ensayo tiene más de 60 años, es el más antiguo de Latinoamérica y eso les impresionó porque había empezado antes de que naciera cualquiera de los integrantes de la delegación. Son las pequeñas cosas que muestran que Uruguay piensa en esas cosas. Puede ser que lo llamemos huella de carbono o de otra forma, pero tenemos esa conciencia”.
EL AUTO EN LA RUTA DE ALEMANIA Y EN LA RUTA DE URUGUAY.
Por otra parte Bonica subrayó que Uruguay emite “muy pocos” gases y “en un ambiente que existe desde hace millones de años” en el sentido de que “nuestros herbívoros siempre han estado en nuestras pasturas, nunca tuvimos que talar ningún monte. Los herbívoros han cambiado, pero el sistema es básicamente el mismo. A su vez hay variabilidad en nuestro comportamiento, entonces unos campos sobrepastoreados pueden tener suelos cansados y se podría revertir eso con prácticas de manejo, pero hay otros campos bien manejados que están en una situación buena, así que hay una heterogeneidad de situaciones”.
“Pero esto no es solo carbono, existen otras cosas y por eso hablamos de huella ambiental. En nuestros suelos tenemos una cantidad de especies increíble, organismos, microorganismos, y eso da lugar a una cantidad de aves impresionantes”, describió.
Finalmente contó la anécdota del vehículo que recorre kilómetros en Alemania sin tener que limpiar su parabrisas, y nosotros cada poco tenemos que limpiar nuestro parabrisas. “Eso es una muestra de la variabilidad de seres vivos y esa variabilidad debemos conservarla y transformarla en una ventaja comercial al momento de vender, ahora que la sociedad mundial presta tanta atención a estos temas”. “Tenemos que hablar de clima, pero también de economía porque es importante”, reflexionó.
“EL SUEÑO DEL PIBE”.
En el encuentro con la Fundación hubo temas que “despertaron mucho interés como lo que estamos haciendo en Kiyu con la medición de emisiones de metano en toros que a pocos metros se venden en una pista de remate. Es algo con lo que ellos quieren colaborar y escalarlo, que más animales puedan ir en ese sentido”.
Además “quedaron que en el próximo congreso de genética que se va a realizar e Róterdam (Países Bajos) van en tener ciertas cosas ya armadas para discutirlas y nuevamente los técnicos de ambas instituciones se van a ver las caras”.
En encuentro con la Fundación incluyó un cronograma de trabajo, una hoja de ruta, se despertó interés. Ahora falta cumplir con “el sueño del pibe, es que así como el señor Gates se pronunció sobre la carne de forma crítica, que lo haga ahora sobre el modelo uruguayo, que haga un comentario de ese estilo”, finalizó.
Contemplando los aspectos productivos y la sostenibilidad ambiental de nuestros sistemas, INIA alcanza resultados promisorios en el estudio combinado de la productividad animal y el efecto mitigador de las emisiones de CH4 entérico de una dieta forrajera de mayor calidad respecto a una de menor calidad en bovinos en fase de terminación.
Técnicos de INIA realizaron una investigación sobre producción y emisiones de metano. Una de las conclusiones a la que arribaron fue que “suministrar una dieta forrajera de alta calidad con bajos contenidos de fibra durante la fase de terminación no solo mostró importantes implicancias positivas en el aspecto productivo, sino también en la sostenibilidad ambiental del sistema”.
Una mayor ganancia media diaria (GMD) y peso vivo (PV) finales en novillos en etapa de terminación “fueron conseguidos por los animales alimentados con una dieta baja en fibra”.
El siguiente es el artículo completo publicado en la última revista de INIA, correspondiente a marzo de 2022.
EMISIONES DE METANO DE NOVILLOS EN FASE DE TERMINACIÓN ALIMENTADOS CON DIETAS CONTRASTANTES EN LOS NIVELES DE FIBRA.
El cambio climático, y el consecuente calentamiento global, es un fenómeno provocado por el incremento de la concentración natural de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera, los que provienen fundamentalmente de la actividad humana.
En nuestro país, el sector agropecuario es responsable de una importante proporción de las emisiones GEI nacionales, siendo el gas metano (CH4) el principal gas emitido.
Esto representa importantes desafíos dados los compromisos internacionales de mitigación asumidos por el país y la importancia del sector cárnico en la economía nacional.
El CH4 corresponde al producto final del proceso de fermentación entérica de los rumiantes. Su producción ocurre principalmente en el rumen (~90%), y en menor medida (~10%) en el intestino grueso (Vlaming, 2008), a través de las fermentaciones de carbohidratos realizadas por un grupo de microrganismos. La mayor o menor producción de este gas se debe a factores tales como: raza, crecimiento, nivel de producción, genética del animal, temperatura ambiental, siendo el factor más importante la cantidad y calidad del alimento ingerido por el animal (Clark et al., 2011).
En Uruguay, los sistemas de producción de terminación bovina se dan mayoritariamente bajo dietas forrajeras (>80 %, Bervejillo, 2021), con una gran variación en la calidad, en especial a lo referido a su contenido de fibra. Sin embargo, a nivel nacional se carece de valores de emisión de CH4 para esta fase del ciclo productivo que contemplen las diferencias en el valor nutritivo de la alimentación forrajera suministrada. Por este motivo, se planteó estudiar la productividad animal y el efecto mitigador de las emisiones de CH4 entérico en bovinos en fase de terminación, a través del manejo del contenido de fibra de la dieta forrajera suministrada.
METODOLOGÍA.
El experimento fue realizado en la Unidad del Lago de INIA La Estanzuela, Colonia durante 97 días entre los meses de abril y julio del año 2021. Este consistió en cuantificar las emisiones de CH4 en 36 novillos Aberdeen Angus, con un peso promedio inicial de 437 ±7 kg, bajo un sistema de encierro y alimentados con dos dietas forrajeras.
La alimentación se desarrolló en comederos automatizados de la empresa ®Intergado. Estos asocian la caravana del animal con una de sus puertas permitiendo controlar el acceso. El registro de acceso permitió evaluar el consumo diario de cada animal de forma periódica (Figura 1).
Las dietas fueron ofrecidas tres veces por día de modo ad libitum y consistieron en dos dietas en base a forrajes cosechados. Una de las dietas, considerada de alta calidad, presentaba un bajo contenido en fibra (BF) y consistió en 100% de henolaje de alfalfa + Dactylis glomerata (AA+D); la segunda dieta, considerada de baja calidad, presentaba mayor contenido en fibra (AF) y consistió en un 70% de henolaje de AA+D y un 30% de heno de rastrojo de cebada.
Para estimar las emisiones de metano se utilizó la técnica de gas trazador hexafluoruro de azufre (SF6) (Johnson et. al, 1994 adaptada por Gere y Gratton, 2010). Esta técnica consiste en suministrar, utilizando un lanza-bolo, una cápsula con gas SF6 de liberación conocida a cada animal. Luego de un período de acostumbramiento los animales son equipados con una mochila y un arnés en donde se colocan dos tubos de acero inoxidable de 0,5 L al vacío, para la recolección del gas exhalado y eructado, y dos mangueras conectadas a los tubos, con un regulador de entrada de aire en su extremo posicionado cerca de las narinas del animal (Figura 2). Las mediciones fueron realizadas durante cinco días seguidos y las muestras del gas colectado se analizaron por cromatografía de gases
RESULTADOS Y DISCUSIÓN.
En el Cuadro 1 se muestra el valor nutritivo de las dos dietas suministradas. Se puede observar cómo los valores de FDN, FDA y lignina son superiores para la dieta de baja calidad (AF). Si bien son valores esperados en dietas basadas en forraje, las diferencias de calidad entre estas tienen consecuencias productivas y ambientales.
En el Cuadro 2 se muestran los resultados de las distintas variables productivas analizadas. El primer aspecto para destacar es que los animales con dietas BF lograron más del doble de ganancias de peso que los animales AF. Estas diferencias se vieron reflejadas en el mayor peso vivo al final del período experimental.
Esto tendrá implicancias en términos de kg de peso de la canal caliente, como también, en términos de un retraso en el tiempo de terminación de ese animal. Los distintos consumos presentados por cada grupo están estrechamente relacionados con el contenido de FDN de la dieta suministrada (Mertens, 2010). A mayores contenidos de FDN, mayor tiempo de retención del alimento en rumen y por tanto un menor consumo de alimento.
A su vez, la cantidad de ingesta del alimento afecta los procesos de fermentación en el rumen, estando las emisiones de CH4 directamente relacionadas con el nivel de ingesta (Jonker et al., 2017). Es decir, cuanto mayor es la materia seca ingerida, mayor será la emisión neta de metano (g/d). Esto explica lo que se observa en los animales del grupo BF, los que presentaron mayores emisiones absolutas a consecuencia de los mayores consumos de MS presentados.
Sin embargo, las emisiones en términos de intensidad, es decir la emisión de CH4 expresada por unidad de MS consumida, mostraron que los animales de la dieta BF presentaron una menor intensidad de emisión.
En el mismo sentido, la intensidad de emisión de los animales BF expresada en relación a la ganancia de peso vivo, fue casi dos veces menor al compararse con los animales del grupo AF.
El Ym (methane yield, por sus siglas en inglés), unidad propuesta por el Panel Intergubernamental por el Cambio Climático (IPCC) como factor de emisión para desarrollar los inventarios de gases a nivel mundial, hace referencia a la eficiencia del uso del alimento por parte del animal expresando la emisión de CH4 por unidad de Energía Bruta (EB) ingerida. El valor de Ym obtenido para cada una de las dietas forrajeras evaluadas confirma que la calidad de la misma, definida según su contenido de FDN, puede generar importantes diferencias en cuanto a la eficiencia en el uso del alimento y por tanto a la emisión de CH4. En este experimento el grupo BF presentó un valor de Ym = 6,7 %, cifra muy cercana a la propuesta por el IPCC (6,5 %) para animales alimentados con dietas basadas en forrajes. A su vez, el valor de Ym obtenido en el grupo de animales con dieta de AF (7,5 %) se ajusta a lo que se propone para animales alimentados con dietas forrajeras de baja calidad.
CONSIDERACIONES FINALES.
Suministrar una dieta forrajera de alta calidad con bajos contenidos de fibra durante la fase de terminación no solo mostró importantes implicancias positivas en el aspecto productivo, sino también en la sostenibilidad ambiental del sistema. Mayores GMD y PV finales en novillos en etapa de terminación fueron conseguidos por los animales alimentados con una dieta baja en fibra.
Esta mejora en las variables productivas fue, además, acompañada por una menor intensidad en las emisiones de CH4 entérico expresadas por kg MS ingerido, por kg de PV ganado, así como por unidad de EB ingerida (Ym). Los resultados confirman que la utilización de una mejor calidad de dieta forrajera durante la fase de terminación es una alternativa viable de mitigación de emisiones de metano en la ganadería.
AGRADECIMIENTOS.
Los autores agradecen especialmente a la Unidad del Lago y al Laboratorio de Nutrición de INIA La Estanzuela. Además, agradecen especialmente a los estudiantes de La Carolina, Juan Vandelli y José Mesegues, por su valiosa colaboración.
REFERENCIAS.
Bervejillo J. 2021. Comportamiento del sector carne vacuna. In: Anuario OPYPA. Montevideo: MGAP. [en línea]. Disponible en: https://www.gub.uy/ministerio-ganaderia-agricultura-pesca/comunicacion/publicaciones/anuario-opypa-2021/analisissectorial-cadenas-productivas/comportamiento
Clark H, Kelliher F, Pinares-Patiño C. 2011. Reducing CH4 Emissions from Grazing Ruminants in New Zealand: Challenges and Opportunities. Asian-Australasian Journal Animal Science. 24: 295-302.
Gere, J. I., and Gratton, R. 2010. Simple, low-cost flow controllers for time averaged atmospheric sampling and other applications. Latin American applied research. 40(4): 377-381.
Johnson, K., Huyler, M., Westberg, H., Lamb, B., & Zimmerman, P. 1994. Measurement of methane emissions from ruminant livestock using a sulfur hexafluoride tracer technique. Environmental science & technology. 28(2): 359-362.
Jonker, A.; Molano, G.; Koolaard, J.; Muetzel, S. 2017. Methane emissions from lactating and non-lactating dairy cows and growing cattle fed fresh pasture. Animal Production Science. 57: 643–648.
Mertens, D. R. 2010. NDF and DMI-Has anything changed. In Proc. Cornell Nutr. Conf., Syracuse, NY. Pp: 160-174.
Vlaming, J. 2008. Quantifying variation in estimated methane emission from ruminants using the SF6 tracer technique. Thesis Doctoral. Palmerston North, New Zealand, Massey University. 186 p
AUTORES DEL ARTÍCULO DE INIA.
MV. Daniel Santander. Ing. Agr. MSc. Juan Clariget. DMV PhD Georgget Banchero. Lic. MSc. Claudia Simón. Bach. Julieta Mariotta. Ing. Agr. PhD Verónica Ciganda.
La advertencia es grave y relevante para el cuidado ambiental, pero también para poder evaluar correctamente el peso contaminante de cada actividad humana, en especial cuando sectores interesados intentan cargar la responsabilidad en la producción ganadera.
Hébert Dell’Onte | La International Energy Agency (IAE – Agencia Internacional de Energía) aseguró en un comunicado fechado el 23 de febrero que las emisiones globales de metano del sector energético informadas por los gobiernos no se condicen con la realidad: “Son aproximadamente un 70% mayores” a los informes oficiales. El dato se desprende de un nuevo análisis de la AIE publicó y es relevante para el cuidado ambiental, pero también para poder evaluar correctamente el peso contaminante de cada actividad humana, en especial cuando sectores interesados intentan cargar la responsabilidad en la producción ganadera.
En un comunicado la Agencia reafirma datos que ya se conocen y que en Uruguay técnicos del Instituto Nacional de Carnes (INAC) y del Instituto Nacional de Investigación Agropecuario (INIA) entre otras instituciones han difundido en cada oportunidad que se les presenta: “El metano es responsable de alrededor del 30% del aumento de las temperaturas globales desde la Revolución Industrial, y las reducciones rápidas y sostenidas de las emisiones son clave para limitar el calentamiento a corto plazo y mejorar la calidad del aire. El metano se disipa más rápido que el dióxido de carbono (CO2), pero es un gas de efecto invernadero mucho más poderoso durante su corta vida útil, lo que significa que reducir las emisiones de metano tendría un efecto rápido en la limitación del calentamiento global”.
Agrega que el sector energético contribuye con el 40% de las emisiones de metano, y “la edición ampliada de este año del Global Methane Tracker (*) de la AIE incluye por primera vez las emisiones país por país de las minas de carbón y la bioenergía, además de una cobertura detallada continua de las operaciones de petróleo y gas natural”.
En 2021 “las emisiones de metano del sector energético crecieron poco menos del 5%” lo que nos llevó “a niveles de 2019 y retrasó ligeramente el aumento en el uso general de energía, lo que indica que algunos esfuerzos para limitar las emisiones ya pueden estar dando sus frutos”.
Fatih Birol, director ejecutivo de la Agencia dijo que dado los altos precios que ahora tiene el gas natural, “casi todas las emisiones de metano de las operaciones de petróleo y gas en todo el mundo podrían evitarse sin costo neto”.
Para la IAE es “vital la transparencia sobre el tamaño y la ubicación de las emisiones, por lo que el subregistro masivo revelado por nuestro Global Methane Tracker es tan alarmante”, agregó”.
Se pueden lograr reducciones importantes con tecnologías conocidas y con políticas probadas y comprobadas, y si todas las fugas de metano de las operaciones de combustibles fósiles en 2021 se hubieran capturado y vendido, entonces los mercados de gas natural se habrían abastecido con 180.000 millones de metros cúbicos adicionales de gas natural. Ese total equivalente a todo el gas utilizado en el sector eléctrico de Europa y más que suficiente para aliviar la tensión del mercado actual, afirma la IAE en el comunicado.
VARIACIONES DE PAÍS A PAÍS.
Hay una variación importante entre el país con mejor desempeño y el de peor desempeño. “La intensidad de las emisiones de metano de las operaciones de combustibles fósiles varía ampliamente de un país a otro: los países y empresas con mejor desempeño son más de 100 veces mejores que los peores. Las emisiones globales de metano de las operaciones de petróleo y gas se reducirían en más del 90% si todos los países productores igualaran la intensidad de emisiones de Noruega, la más baja del mundo”.
En la Conferencia sobre el Cambio Climático COP26 en Glasgow se firmó un Compromiso Global de Metano lanzado por más de 110 países lo que “marcó un importante paso adelante” bajo el liderazgo de la Unión Europea y los Estados Unidos. Los países participantes acordaron reducir las emisiones de metano de las actividades humanas, incluida la agricultura, el sector energético y otras fuentes, en un 30% para 2030.
Hasta ahí todo sería positivo, “sin embargo, es necesario que se unan más emisores importantes. De los cinco países con las mayores emisiones de metano de sus sectores energéticos (China, Rusia, Estados Unidos, Irán e India), solo Estados Unidos forma parte del Compromiso tal como están las cosas”.
“Reducir las emisiones globales de metano de las actividades humanas en un 30% para fines de esta década tendría el mismo efecto sobre el calentamiento global para 2050 que cambiar todo el sector del transporte a cero emisiones netas de CO2”, dijo el Dr. Birol.
El vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, declaró: “El metano es el segundo mayor contribuyente al calentamiento global. Por lo tanto, reducir rápidamente las emisiones de metano es una parte clave de nuestros esfuerzos para abordar la crisis climática. Como se establece en el Compromiso Global de Metano, necesitamos datos más precisos sobre las emisiones reales de metano. Al medir, informar y verificar, sabremos dónde los recortes de emisiones son más urgentes. El informe de la AIE subraya la necesidad de este esfuerzo”.