Por grave enfermedad, Nueva Zelanda obliga la quema de colmenas.
Un productor apícola de Nueva Zelanda fue obligado por los servicios sanitarios a quemar sus colmenas debido a la detección de la enfermedad de las abejas, loque americana. Se trata de loque americana, grave enfermedad que Uruguay conoce.
Nueva Zelanda | Todo El Campo | Próximo a Cust (en la isla sur), Steven Brown, fue obligado a quemar 10.000 colmenas y equipos de trabajo -incluyendo colmenas vacías y sin uso- al detectarse la grave enfermedad, informaron medios locales (foto).
“Loque americana (LA) es una enfermedad contagiosa de la cría de las abejas”, dice un informe del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) de noviembre de 2013.
Agrega que “las esporas, permanecen viables por más de 30 años y son muy resistentes a los desinfectantes y a las altas temperaturas”.
Uruguay sufrió la enfermedad a fines de los años 90, y fue “gracias a las medidas adoptadas por los apicultores” que la enfermedad se controló, pero “su erradicación es imposible” (ver informe completo al pie del artículo).
EL CASO EN NUEVA ZELANDA.
En Nueva Zelanda, Brown presentó varias quejas sobre el proceso de quema que lo obligó a destruir con fuego colmenas nuevas que aún estaban envueltas.
Desde la agencia de gestión del Plan Nacional de Manejo de Plagas se publicó un mensaje a los apicultores del país y al público en general, explicando su accionar y el por qué la quema dispuesta.
Niha Long, directora de la agencia, dijo que se sentía alentada por el apoyo del sector, y que la agencia «seguía comprometida a apoyar a los apicultores neozelandeses en su lucha contra la enfermedad”.
“Seguir las mejores prácticas en la gestión” sobre tan delicado asunto “es vital para el éxito del sector en varios frentes. Por un lado, garantizar que los productos apícolas de Nueva Zelandia cumplan los requisitos del mercado de exportación”, añadió.
Sin embargo, y “desafortunadamente, algunos detalles fueron reportados incorrectamente en la cobertura reciente de los medios”, comentó en referencia a afirmaciones del productor afectado.
En declaraciones a Rural News, Long expresó que es “responsabilidad” de los productores apícolas realizar la gestión contra la enfermedad. Son ellos quienes “deben destruir todas las abejas y colmenas infectadas y reportar el caso dentro de los siete días”.
“La quema es normal porque las esporas no se pueden destruir de ninguna otra manera, desafortunadamente”, explicó.
El comunicado de la agencia dice que cuando se reporta un brote se intensifica la vigilancia de las colmenas registradas en esa zona “en un radio de 2 km”; y “una vez que se conoce o se sospecha de una fuente, se pueden desplegar inspectores de colmenares para inspeccionar todos los colmenares, monitorear cualquier sitio no registrado o abandonado y tomar muestras de hisopos para su análisis”.
OMSA. ENFERMEDADES DE LAS ABEJAS.
La Organización Mundial de la Salud Animal (OMSA) publicó un artículo titulado “Enfermedades de las abejas” en el que señala: “Las abejas, al igual que todos los animales incluido el hombre, son sensibles a las bacterias, virus y parásitos. Su resistencia a los factores adversos es mayor si se encuentran en óptimo estado sanitario y de nutrición. Los retos ambientales, entre los que cabe citar los productos químicos usados para proteger las cosechas de los insectos y la mala hierba, pueden tener efectos perjudiciales para la salud de las abejas, en particular si hospedan patógenos”.
Seguidamente menciona y explica “seis enfermedades (que) figuran en la lista del Código Sanitario para los Animales Terrestres: Acarapisosis de las abejas melíferas, loque americana de las abejas melíferas; loque europea de las abejas melíferas; infestación por el escarabajo de las colmenas (Aethina tumida); infestación de las abejas melíferas por el ácaro Tropilaelaps; y varroosis de las abejas melíferas.
El artículo completo se puede leer en Enfermedades de las abejas – OMSA – Organización Mundial de Sanidad Animal (woah.org)
Foto de portada de Rural News.
DOCUMENTO DE INIA.
El siguiente es el documento de INIA antes citado, escrito por el Ing. Agr. Jorge Harriet, el Téc. Ap. Juan Campá y el Ing. Agr. Yamandú Mendoza.