Ec. Munyo: La baja del dólar es “una situación problemática muy grave” que no se va a solucionar en los próximos años.

Ec. Munyo: La baja del dólar es “una situación problemática muy grave” que no se va a solucionar en los próximos años.

El economista dijo que es una situación problemática muy grave con un atraso cambiario importante en el entorno del 25%. No hay una solución en el corto plazo porque salir de esta trampa implica conflictos importantes.

Montevideo | Todo El Campo | El director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), el Ec. Ignacio Munyo, sostuvo que la caída del dólar es un problema muy grave que no va a solucionarse en los próximos dos años, y que cualquier movimiento que se haga en ese sentido puede generar conflictos de diversa índole.

El economista expresó que actualmente, y a diferencia del año pasado, se está dando una caída global del dólar: “En el mundo el dólar hoy tiene una tendencia decreciente”, y explicó que lo que pasa en Uruguay con la caída del peso no muestra una “gran diferencia respecto a las demás monedas del mundo porque es el dólar el que ha caído”.

Diferente era lo que sucedió el año pasado cuando la tendencia de la moneda estadounidense en el mundo era al alza y en Uruguay bajaba: Se observa una “diferencia con de lo ocurrido el año pasado donde ahí sí se dio un divorcio claro y muy grande entre el comportamiento del dólar en Uruguay y el resto del mundo” porque “mientras el dólar aumentó en todo el mundo en Uruguay cayó y eso hizo que Uruguay quedara caro”, expresó.

Lo que está pasando este año en Uruguay es que continúa ese proceso bajista, “pero acompañado por el resto de los países”.

Esa es “una situación problemática muy grave” con un “atraso cambiario importante en el entorno del 25%”, pero “no va a tener una solución en el corto plazo porque salir de esta trampa implica conflictos importantes”.

Por ejemplo, conflicto “con la planificación macroeconómica establecida, conflicto con los sindicatos, con las pautas del Gobierno y el compromiso de recuperación del salario real”.

Además, si uno quisiera llevar a Uruguay a una mejor competitividad ante este dólar, se generarían “conflictos con empresas de distintos sectores que compiten entre sí”, agregó.

Las declaraciones de Munyo fueron a la prensa en el marco del primer Desayuno Ceres que se realizó el miércoles 21 de junio en el Club de Golf.  Foto de Karen Spalter.

¿Cuáles son las claves para un crecimiento sostenido y a largo plazo?

¿Cuáles son las claves para un crecimiento sostenido y a largo plazo?

En un evento de ACDE participaron Ana Balsa, Javier de Haedo, Ignacio Munyo, Gabriel Oddone y Ricardo Pascale.

Montevideo | Todo El Campo | Buscando fomentar la reflexión y el intercambio de ideas acerca de los desafíos de Uruguay para crecer, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) llevó adelante un conversatorio con la consigna “Claves para un mayor crecimiento sostenido en Uruguay”, que reunió a diversas autoridades del ámbito público y privado.

Con la moderación del periodista Emiliano Cotelo, los oradores fueron la profesora e investigadora de la Universidad de Montevideo (UM), Ana Inés Balsa; el director del Observatorio de la Coyuntura Económica de la Universidad Católica del Uruguay, Javier de Haedo; el director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ignacio Munyo; el socio de CPA Ferrere, Gabriel Oddone; y el profesor de la Universidad de la República e investigador Ricardo Pascale.

Cada uno compartió su postura sobre qué debería hacerse para lograr un mayor crecimiento, en el entendido de que esto permitirá dedicar mayores y mejores recursos para abatir la pobreza, la marginalidad, generar más y mejores trabajos y un mayor bienestar de la sociedad en general.

BALSA: LOS CAMBIOS DISRUPTIVOS EN LOS PROCESOS PRODUCTIVOS.

En su intervención, Balsa hizo referencia a la era actual y a los cambios disruptivos que se han producido en los procesos productivos, que registran una alta automatización y digitalización, además de innovaciones permanentes.

Si bien destacó que el ritmo acelerado de la innovación “tiene la potencialidad de aumentar la productividad y de darnos mayores ingresos y niveles de bienestar”, advirtió que “también marca desafíos asociados a los procesos de automatización”, relacionados con la incertidumbre, los altos niveles de estrés, la desigualdad y la desprotección financiera provocada en quienes son sustituidos por dispositivos tecnológicos.

DE HAEDO: LAS REFORMAS ESTRUCTURALES SON EL CAMINO PARA EL CRECIMIENTO.

A su turno, De Haedo mencionó que según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la tasa de crecimiento de la economía a largo plazo está en 2,1% y las proyecciones para fin de este siglo la hacen bajar a 1,7%.

Consideró que “es muy bajo ese crecimiento económico a largo plazo para un país en nuestro estadio de desarrollo y más todavía para la demanda de políticas públicas que tiene nuestra sociedad”.

Por lo tanto, opinó que “las reformas estructurales son el camino para el crecimiento a largo plazo, tal como nos enseña la historia”.

MUNYO: EL EJE DE LA AGENDA DEBE SER EL TRABAJO.  

Por su parte, Munyo señaló que la agenda del futuro del Uruguay debe tener como eje el futuro del trabajo, porque implica una transformación central en las personas y alinea una serie amplia de políticas públicas.

A su vez, resaltó la necesidad de “sostener la inversión pública con crecimiento”, pero “repartiendo diferente”.

“Hay que pensar en nuevos instrumentos para la reconversión y reinserción de las personas, que son muchas y van a necesitar una intensa ayuda del Estado, pero siempre pensando en que la decisión final en las políticas sociales de recapacitación, de reinserción, la tiene el individuo y no un Estado que toma las decisiones”, agregó.

ODDONE: REFORMAR PARA ACHICAR LA BRECHA CON AQUELLOS QUE QUEREMOS PARECERNOS.

Para Oddone, Uruguay debe “acelerar el crecimiento para acortar la brecha con los países con los que queremos parecernos, porque nuestro modelo de convivencia depende exclusivamente de generar más riqueza”.

Afirmó que es necesario “hacer un esfuerzo decidido en mejorar la productividad de los factores en Uruguay y eso requiere reformas que tienen que ver con la inserción externa, que está obsoleta”.

“El problema que tenemos es que el 80% de la población uruguaya trabaja en el sector no transable. ¿Dónde va a trabajar la gente de este sector, que tiene que ser reducido en su tamaño? ¿Es el sector transable que lo va a ocupar? ¿Dónde están las habilidades educativas del sector no transable, al que tenemos que mover hacia el transable? El punto central es que hemos hecho las cosas mejor en los últimos 30 años frente a lo que veníamos haciendo antes, pero nuestro crecimiento no es sostenible en el tiempo y hemos vuelto a nuestro crecimiento mediocre. Si no introducimos reformas en la nueva generación, tenemos un problema”, apuntó.

PASCALE: LA ESTABILIDAD Y LA CULTURA ECONÓMICA.

En la misma línea, Pascale indicó que Uruguay ha tenido un lento crecimiento con sinuosidades y “lo que más preocupa es la divergencia que estamos teniendo con otros países que eran nuestros referentes”. En este contexto, su proyección es que “la divergencia será mayor aún”.

De todas formas, destacó la estabilidad y la cultura económica del país, así como su democracia plena y “una distribución del ingreso que es de las mejores de América Latina”.

ROSARIO GONZÁLEZ: FACILITAR EL DIÁLOGO EN UN MOMENTO DE INCERTIDUMBRE REGIONAL Y MUNDIAL.

La presidenta de ACDE, Rosario González Stewart, resaltó que “la misión” de esa institución es la de dar apoyo “a los dirigentes de empresas para transformar sus negocios e incidir en el entorno a través de una gestión basada en la dignidad de las personas y el bien común”. Esos son “valores presentes a la hora de dirigir nuestras organizaciones, con las personas en el centro de nuestra actividad”.

En el cierre, González Stewart expresó que los dirigentes de empresas tienen el deber de redoblar esfuerzos para profesionalizar la gestión centrada en las personas y con un desarrollo empresarial inclusivo.

“También somos conscientes que todo lo que hoy hemos conversado exigirá una capacidad de diálogo abierto y honesto, que se base en la confianza de las partes. Queremos contribuir facilitando ese dialogo en un momento de la historia donde hay mucha incertidumbre regional y mundial”, agregó.

“Para promover ese diálogo, seguiremos desarrollando actividades para intercambiar sobre cómo llevar a cabo estas claves del crecimiento y así poder comprometer a quienes son actores relevantes para lograr los cambios, organizaciones empresariales, políticas, gremiales, educativas y sociales, para combatir la pobreza y la marginalidad”, concluyó.

Foto y texto en base a Quatromanos.

Extender el riego: un salto de calidad para la productividad del sector agropecuario.

Extender el riego: un salto de calidad para la productividad del sector agropecuario.

Ceres presentó informe sobre riego en la Expoactiva. Propone estudiar la viabilidad y el impacto económico de implementar una mayor cantidad de sistemas de riego en la ganadería y en los cultivos. Según Ceres, Uruguay puede dar un salto de calidad productiva.

Soriano | Todo El Campo | Uruguay tiene con la expansión del riego la oportunidad de dar un salto de calidad en su producción agropecuaria, además de promover la descentralización a partir del impacto total que generan la inversión y la producción adicional, según el estudio “Riego y productividad. Potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay» presentado por Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).

Los resultados son contundentes: en caso de alcanzar las 300.000 hectáreas bajo riego de maíz y soja en 2030 (hoy casi 40.000) y se introduzca en ganadería 250 módulos de riego cada año por ocho años, el impacto total en el año que se alcance el objetivo -justificado por el aumento de la producción adicional y la inversión- alcanzaría el 4,8% del PBI.

Luego de este año, apoyado únicamente por el aumento en la productividad en ambas prácticas, la actividad económica del país sería 3,1% mayor, cada año, en comparación a si se tuvieran las mismas hectáreas regadas que en la actualidad.

Además, la expansión del riego en la lechería, por ejemplo, genera también un incremento en la productividad que sería pertinente ahondar con mayor profundidad una vez se cuente con investigaciones más actuales que permitan analizar su impacto a nivel extendido.

ALGUNOS NÚMEROS.

Esto repercute de un modo favorable en el empleo y en los ingresos del Estado por pagos de tributos. Cada año, este aumento en las hectáreas regadas generaría poco menos de US$ 80 millones por concepto de Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) y de US$ 70 millones por un aumento del consumo de energía eléctrica.

La introducción del riego ha permitido un aumento en el rendimiento de más del 80% en maíz y del 40% en soja, en promedio en los últimos seis años. En temporadas con escasas precipitaciones, el riego logró que los rendimientos más que se dupliquen en ambos cultivos.

Por otra parte, la implementación del riego en la ganadería muestra un aumento significativo en la tasa de procreo y en los kilogramos obtenidos.

Con vista en estos resultados, Ceres propone un conjunto de políticas públicas y medidas concretas. Entre ellas, el lanzamiento de un Plan de Energía para lograr extender las líneas energéticas; conservar el régimen de la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap) e impulsar la extensión a empresas agropecuarias que ya contribuyen a la expansión del riego y hay espacio para crecer; más alternativas de financiamiento y actividades de difusión en torno a la implementación del riego entre los productores. La instalación de sistemas de riego significa inversiones de largo plazo que solo es posible proyectar con rigor si permanecen y refuerzan las actuales políticas públicas que han contribuido al mejor desempeño del sector agropecuario.

Por esto, vale la pena remover las trabas actuales y apretar el acelerador para impulsar una política de Estado de expansión del riego que ha trascendido gobiernos en Uruguay.

INFORME COMPLETO.

A continuación, el informe completo “Riego y productividad: potenciales beneficios de la expansión del riego en Uruguay”, presentado por el Ceres en la Expoactiva.

Debate sobre el TLC con China. Ignacio Munyo (Ceres) cambió de posición en tanto que Ignacio Bartesaghi (UCU) pidió pragmatismo y apertura.

Debate sobre el TLC con China. Ignacio Munyo (Ceres) cambió de posición en tanto que Ignacio Bartesaghi (UCU) pidió pragmatismo y apertura.

Dos economistas referentes, de consulta permanente, reconocidos en lo local e internacional por sus exposiciones serias y siempre bien argumentadas, mantienen posiciones encontradas sobre si Uruguay debe seguir o no negociando un TLC con China.

Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | El martes 13 de diciembre se realizó en el Club de Golf, el último desayuno del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), donde su director ejecutivo, Ec. Ignacio Munyo, realizó planteos respecto a los pasos dados por el Gobierno uruguayo en materia de alianzas o acuerdos comerciales que tanta disconformidad han generado en los países del Mercosur (Argentina, Brasil y Paraguay).

Dijo que es “conveniente que Uruguay plantee al Mercosur la posibilidad de abandonar la negociación bilateral de China” dado que ya hay un buen vínculo comercial entre Uruguay y China y avanzar en ese sentido generan problemas con los otros países del bloque. “Hay que zurcir la relación con el Mercosur”, argumentó.

En cuanto al Acuerdo Transpacífico dijo que Uruguay llegó con retraso a la postulación de ingreso. El pedido debió haberse hecho “hace un año y medio”, consideró.

Además, el economista opinó que no se debe insistir en un TLC con Estados Unidos porque claramente esa opción no existe.

LAS OPINIONES DE MUNYO SORPRENDIERON.

Vivimos en un mundo muy dinámico y que se mueve velozmente, lo que lleva a que haya cambios y ajustes en las posturas de los actores públicos, en los gobiernos y en los tomadores de decisiones, y no debería sorprendernos que aquello que era bueno antes tal vez no lo sea ahora. Pero los últimos posicionamientos de Munyo sobre un TLC con China, difieren de sus afirmaciones de hace pocas semanas.

En setiembre de este año el director de Ceres dijo en VTV Noticias que un TLC con China “es muy favorable” y que “los beneficios son superiores a los costos”. Agregó que “el único riesgo es concentrarse solo en China”, por lo cual las negociaciones se deberían acompañar con acuerdos comerciales con otros mercados.

En octubre Munyo dijo que se debería priorizar el ingreso al Transpacífico, por encima a un TLC con China y que aquel es “mucho más urgente” que la potencia asiática, según declaraciones que recogió El Observador.

La pregunta que nos hacemos y que el economista debe responder en profundidad es qué cambió para que un acuerdo “muy favorable” y con “beneficios superiores a los costos” ya no sea así.

BARTESAGHI: “AVANCEMOS CON PRAGMATISMO EN LA APERTURA INTERNACIONAL”.

En ese sentido reaccionó el Ec. Ignacio Bartesaghi de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), que pidió no hacer simplificaciones y se preguntó “¿por qué pedirle al Gobierno uruguayo que no siga adelante con el TLC con China?

Bartesaghi usó su cuenta de Twitter @i_bartesaghi para exponer su posición: “Desde el año 1988 todos los gobiernos uruguayos han profundizado su relación comercial con China”, lo que no fue solo una acción nuestra sino “una tendencia global”.

Fue en esta administración de Luis Lacalle donde “se dio un paso más con el cierre del estudio de factibilidad sobre un TLC entre Uruguay y China”.

Ese país asiático “es hoy la segunda economía a nivel mundial y será la primera, es una potencia tecnológica, un gran inversor y cooperante a nivel global. Tiene 1.400 millones de habitantes y seguirá demandando productos y servicios que Uruguay exporta competitivamente”, aseveró.

Si todo eso es así, “¿por qué pedirle al Gobierno uruguayo que no siga adelante con el TLC con China?”, se preguntó.

Acaso, “¿avanzar con China afectaría el postergado e incierto acuerdo con la Unión Europea?, ¿le decimos que no al TLC con China porque dicho país no condenó públicamente a Rusia?”, planteó.

Bartesaghi tampoco comprende y pregunta por qué se dice que hay que “dejar de lado el TLC con China y seguir adelante con el ingreso al CPTPP (Acuerdo Transpacífico); acaso ¿es más fácil ingresar a este mega bloque que negociar un TLC con China?

En la interna del Mercosur, “¿es menos complejo” negociar el ingreso al Transpacífico que un TLC con China?, y “¿por qué es uno o el otro?

La posición del economista de la UCU es contundente: “Uruguay debe seguir impulsando su TLC con China y avanzar con otras economías” porque Uruguay necesita “urgente más apertura de mercados y este Gobierno debe seguir apostando a China como lo hacen decenas de países a nivel mundial. No hacerlo, sería ir en contra de los intereses nacionales”.

Finaliza pidiendo no simplificar y avanzar con pragmatismo escribió: “No caigamos en simplificaciones y avancemos con pragmatismo en la apertura internacional que tanto necesita el país para seguir adelante con su desarrollo económico”.

Los pilares del modelo de reformas que impulsó el crecimiento de Australia.

Los pilares del modelo de reformas que impulsó el crecimiento de Australia.

El Ec. Munyo dijo que el modelo australiano es el que debería seguir Uruguay para acercarse al nivel que ostentan los países desarrollados, con acuerdos, reformas graduales y hacia el futuro, sin prisa y sin pausa.

Tras su visita a Australia, donde se reunió con las máximas autoridades y los protagonistas de aquellas políticas que se llevaron adelante desde 1983, el economista Ignacio Munyo, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), fue convocado por la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) para brindar una charla donde explicó por qué Uruguay debería recorrer ese mismo camino.

Munyo visitó recientemente Australia invitado por el Gobierno de ese país, para conocer de primera mano cómo se aplicaron las reformas que impulsaron su crecimiento económico y social desde 1983.

El profesional concluyó que ese modelo es el que debería seguir Uruguay para acercarse al nivel que ostentan los países desarrollados, con acuerdos, reformas graduales y hacia el futuro, sin prisa pero a la vez sin pausa.

Munyo participó el lunes 29 de la reunión especial de precios de la ACG en Trinidad, Flores, donde explicó los principales puntos de este modelo de reformas aplicado en Australia.

El modelo australiano muestra que “primero hay que abrirse” económicamente al mundo, “y después salir a la cancha a hacer las reformas”, puntualizó.

Uno de los ejes fundamentales fue la flexibilización del mercado laboral. Y acotó que “hoy es imposible seguir funcionando como está el mercado laboral en Uruguay”.

Señaló que para que esto ocurra hubo un acuerdo con los sindicatos, y el sistema cambió de una negociación colectiva más centralizada, como la de Uruguay, a una más a nivel de empresas, con mínimos preestablecidos y dando concesiones a través de beneficios no salariales a los trabajadores, para que estos acepten reducciones de salarios.

“Esto funcionó y funciona hasta el día de hoy”, porque “ha mejorado su calidad de vida a partir de estos cambios, y ese es el principal resguardo de este modelo”, puntualizó.

También apuntó a una mejora de las empresas públicas, para que tengan menores costos de producción, que compitan y que permitan que los productos de exportación sean competitivos en el mercado internacional.

El último punto clave del modelo australiano fue la comunicación, ya que se trataron de reformas complicadas desde el punto de vista político, que trascienden al gobierno de turno.

Allí fue que se estableció una Comisión de Productividad, un órgano público y técnico, con mucho prestigio (una especie de GACH para el Covid-19 en Uruguay), cuyos miembros son elegidos por su capacidad técnica y no son removidos cuando asume un nuevo Gobierno.

Esta comisión se encarga de analizar estas reformas desde el punto de vista técnico, y realiza una comunicación adecuada.

Munyo puntualizó que estas reformas fueron iniciadas por el gobierno del Partido Laborista (izquierda), con el apoyo de la oposición liberal, que lo había intentado sin éxito en la década de los años 70.

La etapa de los tratados de libre comercio (TLC) vino después, desde 2004, y desde ese momento el país “no ha parado de firmar acuerdos”, destacó; el más reciente fue con India.

El director ejecutivo de Ceres explicó que la diferencia fundamental entre el modelo de reformas australiano y el de Nueva Zelanda, es que el primero es gradual y el segundo fue más de shock.

“Me gusta más el modelo australiano para Uruguay”, porque implica construir sobre la reforma anterior, “mirando hacia adelante”, dijo.

Texto y foto ACG. Noticias | ACG

Vea la charla completa aquí: Video de Instagram de ACG

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