Los 10 principales países exportadores de agroalimentos son Estados Unidos, Países Bajos (en gran medida reexportador), Brasil, Alemania, Francia, China, España, Canadá, Italia e Indonesia.
Montevideo | Todo El Campo | En 2021 el comercio agroalimentario global alcanzó 1,9 billones de dólares, con un crecimiento del 120% entre 1995 y 2021 y una participación del 7,5% en el total del comercio de bienes, en promedio, durante el período, según el documento “Oportunidades para promover el comercio agroalimentario intrarregional en América Latina y el Caribe” de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En ese mismo período, el volumen del comercio mundial se incrementó en un 180%, según datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Los 10 principales países exportadores de agroalimentos son Estados Unidos, Países Bajos (en gran medida reexportador), Brasil, Alemania, Francia, China, España, Canadá, Italia e Indonesia; y la participación de América Latina y el Caribe (ALC) en el comercio mundial de estos productos es de un 15,6% en el caso de las exportaciones y un 6,3% en el de las importaciones.
Agrega que “el 70% del comercio agroalimentario corresponde a productos procesados como carnes, grasas y aceites, vinos, preparaciones alimenticias diversas, quesos, entre otros”.
Más adelante señala que “el comercio mundial de productos agrícolas mostró ser resiliente a las perturbaciones causadas por la pandemia” en 2020. Desde la oferta eso se explica porque “la producción agroalimentaria se vio menos afectada que otras actividades por las medidas de aislamiento, en tanto que, desde el punto de vista de la demanda, existe una menor elasticidad ingreso en comparación con otros productos”, o sea que cuando se reduce el ingreso de la población, la cantidad demandada de alimentos disminuye en menor proporción que la de otros bienes que no son de primera necesidad.
Asimismo, la invasión a Ucrania por parte de Rusia “involucra a países relevantes en la provisión de productos agrícolas y generó disrupciones en la oferta a nivel global”.
“FACILITAR LA INTEGRACIÓN Y PROMOVER EL BUEN FUNCIONAMIENTO DE LOS MERCADOS AGRÍCOLAS”
En ese contexto, el documento citado subraya “la importancia de facilitar la integración y promover el buen funcionamiento de los mercados agrícolas”, porque “el comercio internacional basado en reglas es fundamental para el funcionamiento del sistema agroalimentario global porque incrementa la eficiencia y permite acceder a una mayor variedad de alimentos por un menor precio”.
Además, “en un contexto de volatilidad de precios, la apertura comercial puede contribuir a la estabilidad de precios, al mitigar shocks idiosincráticos”.
Más adelante el documento dice que “los costos del comercio bilateral en la agricultura corresponden principalmente a transporte (26% del total), donde influyen la distancia geográfica y la mediterraneidad”.
Se destaca que hay “deficiencias en la infraestructura física necesaria para garantizar la conectividad comercial internacional (puertos, sistemas ferroviarios internacionales, etc.)”, como también “una menor eficiencia de las instituciones reguladoras”.
A pesar del desarrollo del transporte, “la distancia geográfica tiene un rol relevante en los costos del comercio bilateral agroalimentario”.
ARANCELES Y MEDIDAS NO ARANCELARIAS.
Por otro lado, la FAO y el BID dicen que “los productos agrícolas y pesqueros enfrentan aranceles más elevados y presencia de medidas no arancelarias”, además de “otros estándares públicos y privados con mayor frecuencia que otros sectores.
Algunos de los sectores con mayores alícuotas son las bebidas, tabaco, carnes, lácteos, productos de la molinería, preparaciones de carne y pescado, preparaciones de cereales, hortalizas, frutas, entre otros.
Asimismo, en el sector agroalimentario “también existe una mayor incidencia de subvenciones a las exportaciones y ayudas internas que tienen efectos distorsivos sobre el mercado”. Las estimaciones de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), “a nivel mundial”, muestran que “las transferencias brutas de consumidores y contribuyentes a los productores agrícolas que surgen de las medidas de política representan, en promedio, un 18% del valor de la producción”.
REGIONALIZACIÓN DEL COMERCIO DE AGROALIMENTARIO.
El documento menciona “la regionalización del comercio agroalimentario”, un concepto que hace referencia a “la tendencia de los países a comerciar más dentro de una región que con países fuera de ella. Los países forman clusters comerciales -que pueden ser regionales o expandirse para incluir países extrarregionales- dentro de los cuales tienden a comerciar más”.
Esos clusters “se basan en la proximidad geográfica y la integración económica forjada por los acuerdos comerciales regionales. Los más relevantes son la Unión Europea”, ejemplifica entre otros casos, y agrega: “La excepción son los miembros del Mercosur, los cuales se diferencian de gran parte de sus vecinos”.
La interconexión tecnológica está remodelando el contexto económico y social en América Latina y el Caribe.
Montevideo | Todo El Campo | América Latina y el Caribe (ALC) son líderes mundiales en producción agrícola. Como uno de los principales exportadores de productos agrícolas del mundo, posee los recursos naturales necesarios (tierras cultivables, agua potable, clima y biodiversidad) para seguir evolucionando, fortaleciendo así las economías regionales.
El Banco Interamericano de Desarrollo presentó un informe con el cual pretende resaltar cómo la interconexión tecnológica está remodelando el contexto económico y social en ALC, proporcionando un análisis que va más allá de la situación actual para pronosticar cómo las nuevas tecnologías seguirán dando forma a la región durante la próxima década.
TENDENCIAS DEL SECTOR.
El sector primario de la región se está transformando impulsado por un proceso de aceleración digital de las compañías para continuar siendo competitivas.
De las principales tendencias el documento menciona: Agricultura 4.0, Sofisticación en la demanda y Medición del impacto ambiental.
AGRICULTURA 4.0 – El sector ha buscado cómo reinventarse mediante soluciones que les ayuden a ser más eficientes, aumentar la productividad y reducir el impacto ambiental. Como consecuencia, las empresas se están apalancando en las tecnologías para poder dar respuesta a los desafíos.
SOFISTICACIÓN EN LA DEMANDA – Para las organizaciones, ya no es suficiente con ofertar productos a bajo precio, si no que se debe ir un paso más allá: ofrecer productos de calidad, valor y seguros para la salud.
SOFISTICACIÓN EN LA DEMANDA – Las tecnologías emergentes tienen en el sector un gran potencial para contribuir al medio ambiente con un impacto positivo. Algunas empresas del sector están haciendo esfuerzos en implementar módulos ESG integrados en sus sistemas de gestión para poder realizar un seguimiento y medir a través de indicadores el impacto que tienen sus actividades en el medio ambiente.
Washington, Estados Unidos | Todo El Campo | El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn, y el director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, enfatizaron los lazos históricos que unen a ambas instituciones del sistema Interamericano y sus grandes espacios de complementación para la actuación conjunta.
En una reunión en los márgenes de la Cumbre de AIM for Climate (Agriculture Innovation Mission for Climate), creada en forma conjunta por los gobiernos de Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, Otero y Goldfajn mantuvieron una extensa reunión, en la que abordaron temas de una agenda compartida y convergente, informó el director general de IICA.
“Esa agenda compartida y convergente se manifiesta a través de nuestro compromiso con la promoción de la seguridad alimentaria en el continente, las acciones frente a la crisis climática, los temas de agricultura digital y conectividad rural, y biocombustibles, en los que hubo una coincidencia muy clara”, agregó.
En la reunión, Goldfajn, quien asumió como presidente del BID a fines del 2022, destacó la necesidad del trabajo institucional conjunto y mencionó los temas de formulación y ejecución de proyectos.
📢La Cumbre de @AIMforClimate, creada por Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, reúne a hacedores de políticas públicas, líderes de la industria, productores, científicos e investigadores de todo el mundo. pic.twitter.com/zZ57n7MYhy
Otero anticipó además una invitación para que el presidente del BID participe en la reunión organizada por IICA que en octubre congregará a los ministros de Agricultura de las Américas en San José, Costa Rica, para que el propio organismo de crédito exponga sobre los desafíos y su visión ante las nuevas estrategias de desarrollo sostenible.
“La decisión de ambas instituciones es dar continuidad mediante un trabajo de los diferentes cuadros técnicos, como está ocurriendo en este momento”, complementó.
REUNIÓN CON LA MINISTRA DE AGRICULTURA DE CANADÁ.
También en el marco de la Cumbre de AIM for Climate, Otero se reunió con la ministra de Agricultura y Agroalimentación de Canadá, Marie-Claude Bibeau. En el encuentro, informó a la alta funcionaria sobre el trabajo de IICA en materia de género y juventud y la invitó a participar en la nueva edición del Foro que reúne a ministras y viceministras de Agricultura del continente.
Además, la interiorizó sobre las iniciativas encuadradas en el programa IICA de Puertas Abiertas, que está propiciando una enorme afluencia de estudiantes a las instalaciones del Instituto para conocer el laboratorio de innovación Fab Lab y el Centro de Interpretación del Mañana de la Agricultura (IICA), contribuyendo a la construcción de una generación de jóvenes comprometidos con una agricultura intensiva en conocimientos.
La ministra fue invitada a la próxima Conferencia Ministerial de Agricultura 2023 que se realizará en San José, Costa Rica, y recibió, junto con un reconocimiento por los 50 años de IICA en Canadá, una edición del libro Luchadoras, editado por el Instituto en tres idiomas y que reúne artículos que abordan, desde diversas perspectivas, la situación de las mujeres del campo y su verdadero aporte a la actividad agropecuaria, la seguridad alimentaria y nutricional y al desarrollo sostenible de los territorios rurales.
Luego del fuerte rebote observado en 2021, el BID aporta una serie de datos positivos que nos dan un poco de alivio.
Hébert Dell’Onte | Al finalizar agosto el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó una nueva edición de “Síntesis e información sobre integración y comercio” en la que presenta las perspectivas globales que en esta oportunidad muestra señales positivas, las que llegan muy bien luego de tantos meses de incertidumbre generada por la irrupción de la pandemia primero, la previsible pero inesperada guerra en Ucrania después, y las dificultades políticas, económicas y comerciales que recorren el mundo, sin que sepamos qué nos deparan los próximos meses.
Sin embargo, aunque los problemas de sanidad, la guerra y las tantas dudas que presenta el mundo y a las que nos exponemos, el BID aporta una serie de datos positivos que nos dan un poco de alivio.
“El comercio internacional continúa creciendo, aunque a tasas más bajas, luego del fuerte rebote observado en 2021. En un escenario global complejo, tras el shock de la guerra en Ucrania y en el marco del debilitamiento de la actividad y de los precios internacionales, las exportaciones de América Latina y el Caribe (ALC) se expandieron en el primer semestre del año”, es el primer apunte del documento.
Hay “una desaceleración en el ritmo de expansión (el aumento promedio de 2021 fue de 25,7%) en especial a partir de marzo, cuando la dinámica del crecimiento se recortó a cerca de 15% interanual en promedio”. A su vez, “el volumen del comercio mundial aumentó 4,3% interanual en los primeros cinco meses de 2022”.
Agrega que “se estima que las exportaciones de ALC se expandieron 21% interanual en el primer semestre de 2022”.
Ese crecimiento, “superior al promedio mundial, se explica por la mayor participación relativa de productos básicos en la canasta exportadora de la región, que fueron más beneficiados por el incremento de precios”.
MEDIDAS DISTORSIVAS IMPACTARON EN LOS PRECIOS.
La guerra generada a partir de la invasión de Rusia a Ucrania generó reacciones de los países: “Diferentes economías (especialmente en desarrollo e importadoras netas de alimentos) establecieron 426 medidas distorsivas, 57% de las cuales afectan directamente el intercambio de alimentos y fertilizantes, en algunos casos restringiéndolo y en otros facilitándolo”.
Según el Banco Mundial, “el impacto de estas medidas sobre los precios es considerable: 6% de aumento en el caso del maíz, 12% en el arroz, 9% para las frutas cítricas y la soja y sus derivados, y 14% para el trigo”.
PAÍSES DE ALC CON “NOTABLE EXPANSIÓN DE EXPORTACIONES”.
Los países de la región tuvieron una “notable expansión de las exportaciones de los productos que Rusia y Ucrania son importantes proveedores globales”.
El BID señala que “Rusia y Ucrania no son socios relevantes para ALC”, pero la guerra afectó a esta parte del mundo de forma indirecta.
Por otra parte, “se debilita el impulso de los precios” pero las cotizaciones de los principales productos mantienen “niveles históricamente altos”.
“El maíz y la soja cerraron el mes de julio con precios 7% y 8% menores a los máximos alcanzados en abril; el trigo y el aceite de girasol bajaron 27% y 34% con respecto a los niveles de mayo y marzo, respectivamente; y el petróleo perdió 10% solo en julio”.
Ese cambio de tendencias en los precios se explica por varios factores: “La apreciación del dólar en el marco de la política monetaria restrictiva de Estados Unidos, el acomodamiento de los mercados tras el shock inicial de la guerra, y las perspectivas de menor crecimiento global, son algunos de los factores que explican la reversión de la tendencia en los precios”.
CRECE LA DEMANDA A MENOR DINAMISMO.
Otra buena noticia es el crecimiento de la demanda de los productos que exporta ALC, pero con una proyección de menor dinamismo.
El BID explica que “A medida que la economía mundial fue dejando atrás las secuelas de la gran crisis de 2020, la tasa de crecimiento interanual de los principales países ha ido convergiendo a valores ‘normales’, luego del fuerte rebote de principios de 2021. Esa situación, sumada a las tendencias hacia la desaceleración del crecimiento de grandes jugadores globales como China, Estados Unidos o Alemania desde inicios de 2022, se ha traducido en una sucesiva disminución en la tasa de crecimiento promedio ponderada de los respectivos socios comerciales de ALC. Si bien los valores del indicador siguen ubicándose por encima de los correspondientes al período pre-Covid, los primeros datos disponibles para el segundo trimestre de 2022 y las proyecciones de crecimiento para el año completo indican que la desaceleración continuaría”.
EN 2031 ALC SERÁ RESPONSABLE DEL 18% DE LAS EXPORTACIONES MUNDIALES DE ALIMENTOS.
Las Perspectivas Agrícolas 2022-2031 de la FAO y la OCDE señalan que la producción agrícola y pesquera en ALC crecerá 14% en los próximos diez años, recuerda el BID.
“La producción de cultivos explica casi dos tercios de esa expansión, mientras que el sector ganadero representa un 28% adicional y la pesca otro 8%”.
En 10 años ALC exportará el 61% de las ventas mundiales de soja, 59% de azúcar, 45% de harina de pescado, 43% de maíz, 40% de carne de vacuno y aceites de pescado, 32% de aves y 25% de etanol.
Entre los años 2008 y 2020 se construyeron alrededor del mundo más de 50 edificios de madera con alturas entre 7 y 24 pisos. ¡Eso supone más de 70 metros de altura!
La madera ha sido uno de los materiales más utilizados por el ser humano para construir edificios desde los comienzos de la historia. Aunque el uso de acero, hormigón o hierro haya aportado significativos avances a la construcción, la madera nunca ha perdido su popularidad. De hecho, la cantidad de viviendas de madera alrededor del mundo puede sorprender a muchos lectores. ¿Sabías que países como Japón, Escocia o Estados Unidos son líderes en la construcción en madera? En efecto, la proporción de construcción de viviendas nuevas, tanto total como parcialmente, puede superar el 60% en Japón, el 70%, en Escocia, y el 85% en Estados Unidos.
A pesar de esta popularidad, en los países de nuestra región es común asociar la construcción de vivienda en madera con proyectos de baja calidad, escaso presupuesto o pequeño tamaño. Este estereotipo no es correcto. En las últimas décadas la industria de la madera ha evolucionado gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que permitirían la generalización del uso de este material en la construcción. Por ejemplo, entre los años 2008 y 2020 se construyeron alrededor del mundo más de 50 edificios de madera con alturas entre 7 y 24 pisos. ¡Eso supone más de 70 metros de altura!
¿Por qué la madera podría ser el material estrella para la construcción de viviendas en el siglo XXI? En pocas palabras, por productividad e impacto en el medio ambiente.
Según datos de Naciones Unidas (ONU), se espera que la población mundial crezca un 25% en los próximos 30 años, por lo que pasará de 7.700 millones de personas en 2020 a 9.700 millones en 2050. Esto se traduce en un incremento de la demanda de recursos, especialmente de vivienda. En este sentido, el Banco Mundial estima que, para 2030, el déficit habitacional llegará a los 240 millones de unidades de vivienda. La forma en la que los países afronten este déficit será fundamental para garantizar el desarrollo sostenible mundial.
A la hora de hacer frente a esta gran demanda de construcciones de vivienda, el sector debe ser responsable con la preservación del medioambiente. Y es que el sector de la construcción tiene un doble impacto sobre el entorno: i) El sector es responsable de un tercio de la generación de residuos mundiales, bien sean producidos por construcción, o por demolición. ii) La construcción de vivienda representa un 36% del uso de energía final en el mundo y el 39% del CO2EQ a nivel global.
Según un estudio de 2022, existen seis sectores que podrían reducir al menos a la mitad las emisiones mundiales para 2030, uno de los cuales es el de la construcción. La fabricación de viviendas con materiales de baja huella de carbono es parte de la solución a este problema y la madera podría ser una de las opciones empleadas.
Beneficios medioambientales de la construcción en madera.
La construcción en madera presenta múltiples beneficios en términos medioambientales. Entre ellos, destacan estos:
1) Es el único material de construcción renovable y reciclable. Si el bosque se gestiona de manera sustentable, los árboles pueden ser un recurso renovable. Además, la madera requiere también menor cantidad de energía para ser procesada
2) Tiene capacidad de absorber carbono. La madera acumula grandes cantidades de CO2 y su industrialización genera emisiones de gases de efecto invernadero menor que otros materiales. Por ejemplo, producir una tonelada de madera genera 33 kilos de emisiones netas, frente a los 264 kilos del cemento y los 694 kilos del acero
3) Produce menos desechos. El uso de la madera genera menos desechos y acelera los plazos de construcción
4) Mayor eficiencia energética. La madera contribuye a la eficiencia energética por su capacidad de conducción del calor, lo que la convierte en un mejor aislante que otros materiales. Es 400 veces mejor que el acero y 15 veces mejor que el concreto
En definitiva, la construcción en madera procesada no solo agrega valor al servir como absorbente activo de CO2, sino que también reduce significativamente las emisiones vinculadas al proceso industrial de construcción. Además, en este proceso disminuyen los costos y posibles emisiones por ser más eficiente en cuanto a consumo energético.
¿Qué beneficios técnicos aporta la madera en la construcción?
Además de lo anterior, hay también motivos por los que la madera resulta un elemento constructivo de primera categoría:
i) Gran flexibilidad y bajo peso. Es un material óptimo para resistir sismos y reducir el volumen de los cimientos
ii) Alta capacidad aislante. Es capaz de aislar el calor hasta seis veces más que el ladrillo, 15 veces más que el hormigón y 400 veces más que el acero
iii) Resistencia al fuego. En piezas de gran volumen tiene alta resistencia frente al fuego y tarda más tiempo en derrumbarse que las estructuras de acero
iv) Velocidad de construcción y disminución de costes. Al ofrecer la posibilidad de trabajar en faenas secas, aumenta la velocidad de construcción y disminuye los costos
Construcción en madera en Uruguay.
En un próximo artículo abordaremos la situación de este sector en Uruguay. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha desarrollado un proceso participativo con todos los actores involucrados del sector en este país que permitirá llevar a la práctica una hoja de ruta de acciones priorizadas y gobernadas con actores multisectoriales y multinivel para vencer las barreras que no han hecho posible el desarrollo de este sector.
Si bien la industria forestal tiene gran relevancia en Uruguay, donde contribuye al 4% del PIB nacional (US$ 2.100 millones), el sector de la construcción de vivienda en madera se encuentra en un estado incipiente. Por ello, y dado que las restricciones que enfrenta Uruguay son, probablemente, similares a las de otros países de América Latina y el Caribe, servirá de ejemplo para ilustrar la situación en nuestra región en el próximo artículo.
Foto principal de Casa de madera a medida; foto interior de BID.
Artículo de Verónica Adler y Daniel Peciña-López publicado en el blog Ciudades Sustentables del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El texto está basado en “Hoja de Ruta para el Fomento de la Vivienda Social en Madera en Uruguay”, por Juan José Ugarte, Andrés Sierra y Karen Codriansky; Banco Interamericano de Desarrollo y Ministerio de la Vivienda y Ordenamiento Territorial de Uruguay.