El atraso cambiario puede ser una herramienta para tener la inflación bajo control, pero también es perjudicial para todo el país, no solo el sistema productivo.
Montevideo | Todo El Campo | El dólar cerró este miércoles 11 de junio a $ 41,093, sumando otra caída y profundizando el proceso a la baja que ya llega a su mínimo en casi 8 meses.
Si se analiza la evolución de la moneda estadounidense en Uruguay, en 2024 había iniciado un camino de recuperación que lo llevó por arriba de los $ 44, pero no se mantuvo en esa tendencia ni en ese valor, volviendo a retomar la senda del descenso hasta la jornada de ayer que de acuerdo a la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay Sociedad Anónima (Bevsa) registró una nueva caída para quedar apenas por encima de los $ 41.
En la última parte de 2024 y comienzos de 2025 parecía que el dólar se fortalecería, minimizando o reduciendo los costos que el atraso cambiario tiene en el sector productivo del país, pero eso no resultó así.

El dólar bajo contribuye con el mantenimiento de la inflación a raya, pero se transforma en un engaño para otros sectores claves del país, como el productivo y exportador, que recibe los mismos dólares, pero que pasados a peso resultan ser menor dinero que el que debería.
En abril de este año, desde la Asociación Rural del Uruguay (ARU) se dijo que el atraso no era el peor de la historia pero que lo observaban con preocupación. Desde entonces el dólar ha seguido bajando, por lo que la preocupación persiste.
Pero cuidado con creer que es sólo un problema exclusivo de los productores agropecuarios.
En primer lugar, es un error -un error muy montevideano- creer que el sector agropecuario no tiene dificultades económicas, y que los desfasajes del dólar no lo afectan o lo hace en forma moderada. No es así, como toda actividad económica hay productores de todos los tamaños y todas las capacidades económicas financieras, y el dólar en caída afecta más al pequeño productor que, por otra parte, es la mayoría en el escenario de nuestra ruralidad.
En segundo lugar, el atraso cambiario impacta negativamente en toda la economía, no solo del lado productivo, porque tiene un efecto negativo en la generación de puestos de trabajo y frena las inversiones.
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