Mejoramiento genético, gestión y biotecnología impulsan el crecimiento del trigo brasileño.

Brasilia, Brasil | Todo El Campo | Los avances científicos en mejoramiento genético, gestión y biotecnología son herramientas claves para que los productores brasileños de trigo superen los desafíos que enfrentan, expandan su producción de manera sostenible y recorran con este cultivo la misma trayectoria de crecimiento que ha experimentado la soja.

Esta fue una de las conclusiones presentadas por el director de Trigo de la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa), Jorge Lemainski, durante un seminario desarrollado en la Representación en Brasil del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

El evento fue organizado por el IICA en colaboración con Embrapa y reunió a representantes de los sectores público y privado, instituciones de investigación, organizaciones internacionales, personal de embajadas y organizaciones de productores, para debatir los desafíos de la cadena de suministro de trigo y su contribución a la seguridad alimentaria, los avances tecnológicos y cómo la ciencia está garantizando la producción y expansión de este cultivo en el Cerrado brasileño, un bioma con características similares a la sabana africana.

La presidenta de Embrapa, Sílvia Massruhá, resaltó el papel de la ciencia y la cooperación en el desarrollo de la agricultura. Mostró, en ese sentido, que entre 2018 y 2023 (solo 5 años) la superficie sembrada con trigo creció aproximadamente un 110% en el centro-oeste de Brasil y la producción, un 130%.

“La agricultura brasileña es impulsada por la ciencia y nos complace enormemente colaborar con el IICA para mejorar el trigo en Sudamérica y Brasil, posicionando a nuestros países como los mayores productores de alimentos y contribuyendo a la agenda global de paz”, declaró Massruhá.

Según el director de Embrapa Trigo, los resultados de la investigación en mejoramiento genético y la erradicación de enfermedades podrían llevarse al país a la autosuficiencia en trigo. También demostró por qué el trigo podría tener el mismo éxito que la soja en el Cerrado.

“La investigación ha llevado a Brasil de ser un importador a convertirse en el mayor exportador neto de alimentos del mundo. Con el trigo, nuestro objetivo es alcanzar un volumen de producción de 20 millones de toneladas para 2030”, explicó.

Un estudio pionero publicado por Embrapa en abril, demostró que el trigo producido en Brasil tiene una huella de carbono menor que el promedio mundial. El análisis, realizado en fincas y en la industria molinera del sudeste de Paraná, indicó que la adopción de prácticas y tecnologías sostenibles ya disponibles puede reducir aún más la huella de carbono del trigo, lo que hace que este cultivo sea atractivo en un escenario de lucha contra el cambio climático, como destacó Jorge Lemainski.

Además de la presentación sobre las posibilidades de expansión del cultivo de trigo en Brasil, los participantes debatieron sobre la evolución genética y los desafíos que enfrenta la industria molinera, así como sobre las posibilidades comerciales del trigo brasilero en el mercado internacional.

Federico Trucco, director Ejecutivo global de Bioceres, destacó la necesidad de buscar tecnologías sostenibles. «El trigo puede alcanzar un nivel de competitividad diferente mediante la biotecnología. En Brasil, es evidente que la oportunidad reside en la región central (Cerrado), ya que no hay lugar en el mundo donde se pueda triplicar la superficie dedicada al trigo. Hay un conjunto de soluciones que podemos aportar. Creemos que podemos trabajar juntos para fomentar la inversión en investigación y hacer realidad este sueño de 20 millones de toneladas”, explicó.

TRIGO EN BRASIL: DE 600 KILOS/HECTÁREA A 3.000 KILOS/HECTÁREA.

En la década de 1970, la productividad del trigo en Brasil era de 600 kilos por hectárea (kg/ha). Hoy la productividad media nacional supera los 3.000 kg/ha e incluso supera los 10.000 kg/ha en el trigo de regadío. La investigación para maximizar la eficiencia del cultivo, con sostenibilidad económica y ambiental, acompaña el crecimiento.

En el período de 2017 a 2021, la producción de trigo en Brasil creció un 80%, mientras que la superficie se incrementó un 43%. Se están incorporando rápidamente nuevas áreas aptas para el cultivo al sistema de producción, con la seguridad de contar con el conocimiento necesario para sustentar la producción.

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