Por primera vez desde 2019, las formaciones forestales fueron las más afectadas, superando a las áreas de pastizales.
Carolina Bataier | São Paulo, Brasil | Todo El Campo* | Con la sequía extrema que afectó a Brasil en 2024, la peor de los últimos 74 años, los incendios aumentaron un 79% en comparación con 2023. El año pasado, los incendios consumieron más de 30,8 millones de hectáreas, un área equivalente al tamaño de Italia, según datos publicados por la plataforma MapBiomas Fire Monitor.
Los incendios devastaron principalmente formaciones forestales, que por primera vez desde 2019, cuando comenzó a funcionar el Monitor de Incendios, superaron las áreas de pastizal, como señala Felipe Martenexen, del equipo de Bomberos de MapBiomas.
“Este cambio en el patrón de incendios es alarmante, ya que las áreas forestales afectadas por el fuego se vuelven más susceptibles a nuevos incendios. Cabe destacar que el fuego en la Amazonía no es un fenómeno natural y no forma parte de su dinámica ecológica, siendo un elemento introducido por la acción humana”, sostuvo.
Del total del área quemada, el 73% fue vegetación nativa, principalmente en formaciones forestales, que totalizaron el 25% de los incendios en el país. Entre las áreas de uso agrícola destacaron los pastos, con 6,7 millones de hectáreas quemadas entre enero y diciembre del año pasado. En cuanto a los biomas, la Amazonía fue la más afectada. Entre los estados, Pará lidera el ranking de incendios.
“Este récord en la Amazonia fue impulsado por un régimen de lluvias por debajo del promedio histórico, lo que agravó las condiciones ambientales”, explicó Martenexen.
En datos publicados anteriormente, los investigadores de MapBiomas llaman la atención sobre los incendios en tierras públicas no designadas (*), regiones bajo la responsabilidad de los gobiernos estatales o federales que aún no se han transformado en asentamientos, Unidades de Conservación (UC) u otros territorios protegidos, como Tierras Indígenas (TI) y Territorios Quilombolas (TQ).
En estos lugares, donde el fuego se utiliza para la práctica de acaparamiento de tierras, los incendios aumentaron un 64% en 2024, en comparación con el año anterior. “Parece que en 2024 la forma más fácil de impactar un bosque público no era llevar tractores, motosierras y contratar mano de obra para talarlo, era solo para rascar la cerilla que el bosque era tan inflamable que el fuego cumplía su función”, explicó Ane Alencar, directora de Ciencias del Ipam y coordinadora de MapBiomas Fogo.
SIN UNA DISMINUCIÓN EN LA DEFORESTACIÓN, PODRÍA SER PEOR.
Desde 2023, Brasil ha registrado una caída en la deforestación en la Amazonía y el Cerrado. Sin embargo, los datos del Monitor de Incendios llaman la atención sobre la necesidad de políticas de prevención y control de incendios e inspección de delitos ambientales.
“Creo que este aumento podría ser mayor si el Gobierno, especialmente el Gobierno federal, no hubiera actuado para reducir la deforestación a la mitad en los últimos dos años”, comentó Alencar. “Pero ciertamente sirvió como una advertencia de que solo reducir la deforestación no es suficiente para combatir la degradación ambiental”.
Según una nota enviada a Brasil de Fato por el Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático, en 2025 comenzó la Política Nacional de Manejo Integrado del Fuego, ya en funcionamiento, para garantizar el fortalecimiento de la articulación con los estados y municipios, factor crucial para lograr respuestas más rápidas en relación a los incendios”.
El Ministerio también informó que durante 2024 “el Fondo Amazonia aprobó la asignación de cerca de R$ 280 millones a los Cuerpos de Bomberos de siete de los nueve estados de la Amazonía Legal: Acre, Amapá, Amazonas, Maranhão, Pará, Rondônia y Roraima. Los montos financiarán la expansión de las acciones de prevención y combate de incendios en estos estados, para fortalecer su capacidad de combate al fuego en 2025. La oferta de recursos para Mato Grosso y Tocantins está en análisis”.
EN LA AGRICULTURA, LOS PASTOS FUERON LOS MÁS AFECTADOS.
En el estado de São Paulo, que tuvo un número récord de incendios en 2024, los cinco municipios con más incendios suman un área de más de 179.000 hectáreas de cultivo de caña de azúcar, según informó Brasil de Fato.
Sin embargo, en el ranking nacional de territorios ocupados por actividades agropecuarias se destacan las áreas de pastos, que corresponden a 6,7 millones de hectáreas quemadas entre enero y diciembre del año pasado.
São Félix do Xingu (estado de Pará), donde se encuentra el rebaño más grande del país, fue el municipio brasileño más afectado por el incendio, con 1,47 millones de hectáreas quemadas de enero a diciembre.
Corumbá (Mato Grosso del Sur), con el segundo rodeo ganadero más grande del país, ocupó el segundo lugar entre los municipios con mayor superficie quemada en 2024. Allí, el fuego consumió 841.000 hectáreas.
(*) Las tierras públicas no designadas son las más afectadas por los incendios.
Artículo de Carolina Bataier en Brasil de Fato | Foto Internet.
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