Gabriel Pastor de Ceres analizó el conflictivo contexto mundial en el que Trump llegó al Gobierno por segunda vez.
Montevideo | Todo El Campo | La primerea edición de Pulso, publicación mensual del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) trata sobre la llegada Donald Trump a la Casa Blanca y el contexto en que lo hace.
El artículo, escrito por Gabriel Pastor, se titula “El Comienzo de una era” y aborda “el ascenso de Trump (que) ocurre en un contexto geopolítico de fuerte rivalidad entre Estados Unidos y China”.
Su autor va mencionando las situaciones adversas actuales, desde la invasión de Rusia a Ucrania, pasando por el conflicto Israel-Hamas, en “un contexto en el que se cuestiona el instrumento del libre comercio” que en el pasado “unió al mundo”.
Pero esos no son los únicos puntos de conflicto, hay otros que son muy importantes desde el punto de vista de la estrategia geopolítica.
Todos esos temas, y otros, aborda Pastor su artículo publicado ayer y que Todo El Campo comparte a continuación.
EL COMIENZO DE UNA ERA
Gabriel Pastor | Ceres | El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, como el 47° presidente de Estados Unidos (EEUU), se ha convertido en el tema central de la agenda mundial. Su impacto no solo redefine el rumbo político de este país, sino que también genera repercusiones a nivel global.
Ceres dedica la primera edición del año de Pulso a examinar las implicaciones de este acontecimiento. Pulso es una publicación mensual exclusiva para los socios de la institución, en la que se abordan los sucesos internacionales más relevantes, alternando entre una mirada global y un enfoque regional.
El ascenso de Trump ocurre en un contexto geopolítico de fuerte rivalidad entre EEUU y China por la predominancia global, hoy reflejada en la competencia feroz por la IA. La irrupción esta semana de DeepSeek, el rival chino de ChatGPT, muestra que la innovación en sectores de punta pudo dejar de ser una debilidad de regímenes cerrados como el que lidera Xi Jinping.
En un mundo en constante cambio, y que desde la pandemia de Covid-19 ha estado zarandeado por eventos desgraciados como las guerras devastadoras de escala regional, en particular la que protagonizan Rusia y Ucrania, e Israel y Hamás en la Franja de Gaza -ahora en un proceso de tregua que resulta frágil- es esencial comprender estos procesos para anticipar escenarios y tomar decisiones informadas. Un contexto, además, en el que se cuestiona el instrumento del libre comercio, que unió al mundo tras la caída del comunismo y el ingreso de China a la Organización Mundial del Comercio.
También es relevante mencionar la guerra interna en la República Democrática del Congo y la participación de Ruanda. Puede parecer un conflicto distante, la enorme riqueza de su territorio en tierras raras y cobalto -elementos esenciales para la producción de tecnología moderna- lo convierte en un actor clave en el desarrollo de la nueva Guerra Fría 2.0.
No es exagerado pensar que estamos al inicio de una nueva era. La asunción del líder republicano, ahora con un poder institucional sin precedentes y una popularidad que no tuvo en su primera administración -ni en su propio país ni en el exterior- refuerza su capacidad para llevar a cabo una agenda disruptiva en diversos frentes.
La mejor prueba de ello son las decenas de órdenes ejecutivas firmadas desde el primer minuto de su presidencia, muchas de las cuales están comenzando a desmantelar el programa de bienestar social y las reformas estructurales con objetivos medioambientales implementados por el demócrata Joe Biden. Además, ha dado un revés a la agenda cultural de izquierda en cuestiones como la identidad, los derechos civiles, la moralidad, la familia, la diversidad, el feminismo y los derechos LGBTQ+. Por otro lado, se ha puesto en marcha un plan de eficiencia gubernamental que, bajo la conducción de Elon Musk, busca reducir el gasto público mediante una revisión exhaustiva de los recursos y funcionarios en las oficinas y agencias del gobierno federal.
DESDE MEDIO ORIENTE A ALEMANIA.
La llegada de Trump también se hizo sentir en el alto al fuego acordado entre Israel y Hamás, por el cual se detuvieron los bombardeos israelitas. El entendimiento significa el cumplimiento de un calendario para la libertad de los rehenes en poder de Hamás, el regreso de palestinos en prisiones de Israel y el regreso a la Franja de Gaza de la población que huyó del ataque bélico.
El acuerdo no es muy diferente al que promocionó la administración Biden durante el año pasado. ¿Qué fue lo que cambió?
La terna conformada por el primer ministro de Qatar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, el negociador de Joe Biden, Brett McGurk, y el emisario de Trump, Steve Witkoff, lograron convencer a las dos partes del alto al fuego. Cada uno de ellos, de ideas diferentes, terminaron jugando un papel complementario para anunciar el acuerdo con la llegada de Trump a la Casa Blanca, tal como quería el líder estadounidense.
Sin duda, Europa también sentirá el impacto de una nueva administración de Trump, lo que probablemente se refleje en las elecciones anticipadas del próximo mes en Alemania, un país inmerso en una crisis de gobernabilidad y un marcado declive económico.
El próximo canciller alemán enfrentará el desafío de formar y liderar un gobierno de coalición mientras asume la tarea de impulsar una agenda de reformas clave para que Alemania recupere el dinamismo que la convirtió en la gran locomotora europea. Sin ese impulso, será difícil que el viejo continente pueda plantar cara o competir frente a Estados Unidos bajo el liderazgo de Trump y a China de Xi Jinping.
Mientras tanto, Corea del Sur atraviesa una crisis política inédita desde su retorno a la democracia en la década de 1980, en un contexto en el que los gobiernos deben enfrentar reformas cruciales para abordar los retos que plantean las democracias consolidadas.
La polarización ha llegado a niveles tan extremos en Seúl que ha derivado en una verdadera fractura social y política. Este mes, el presidente Yoon Suk Yeol fue suspendido de sus funciones por una moción de destitución en la Asamblea Nacional y detenido como parte de una investigación penal, tras invocar la ley marcial, lo que rompió el orden constitucional y desató movilizaciones de protesta.
Si bien los desafíos internos, las tensiones geopolíticas en torno al Mar de la China Oriental y la agresiva presencia de su vecino Corea del Norte son parte del trasfondo, la crisis también refleja los males que aquejan a las democracias contemporáneas: sociedades que, frente a la incertidumbre, recurren a liderazgos con tintes autoritarios, lo que radicaliza aún más el panorama político y envenena el debate y la convivencia social.
El drama coreano ilustra crudamente los riesgos que corre la institucionalidad de un país debido a la falta de diálogo o la incapacidad de los líderes en gestionar la gobernanza democrática.
Artículo de Ceres: El comienzo de una era
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