Gracias a la ayuda de los socios, la economía ucraniana está provista de fondos para 2025; pero la economía rusa está seriamente amenazada y con tendencia a agravarse en caso de continuar con la actitud belicista.

Montevideo | Todo El Campo | La invasión de Rusia a Ucrania comenzó el 24 de febrero de 2022, en un hecho bélico que se convirtió en el mayor ataque militar convencional en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Son más de mil días de resistencia ucraniana, con un saldo de más de 39.000 civiles muertos o heridos, 10 millones de personas que dejaron atrás sus hogares huyendo de la guerra y más de 3.400 escuelas y hospitales dañados o destruidos, entre otros datos aberrantes.

En ese tiempo Occidente ha impuesto sanciones al país invasor que ha tenido que enfrentar un gasto militar que crece enormemente y sanciones cada vez más restrictivas en el comercio internacional.

El punto es “¿con qué economía entra Rusia a 2025?”, pregunta que plantea Volodymyr Vlasiuk* -presidente del Comité de Modernización Industrial de la Cámara de Comercio e Industria de Ucrania- en una nota de opinión publicada ayer en el diario ucraniano Ekonomichna Pravda, especializado en información de negocios y economía.

Según dicho artículo, este año, el Kremlin tuvo un gasto, debido a la guerra con Ucrania, de 16,3 billones de rublos, una cifra récord que significa más del 8% del PIB y el 41% del presupuesto central. Este año el gasto militar aumentó 59% respecto a 2023, un total que seguramente ni el más pesimista por el resultado de la guerra imaginó. Se planteó una invasión rápida y una guerra relámpago, que resultó ser extremadamente larga y desgastante para Rusia, además de cara.

Según Vlasiuk, el Kremlin esperaba que el gasto público diera estabilidad macroeconómica y crecimiento económico al país, pero esa idea fracasó porque Rusia tiene una “alta dependencia de las importaciones”, lo que se agrega a “la privación de recursos a la economía civil en favor de la guerra”.

Un “detalle importante” en la guerra es que el Kremlin alista soldados porque paga entre 4 a 4,5 millones de rublos anuales (unos US$ 40.050). Por tanto, los soldados rusos “están luchando por dinero” y “una parte importante de los gastos presupuestarios para financiar los artículos militares es depositada por la población empleada en la guerra”.

“UNA BOMBA DE RELOJERÍA”.

Asimismo, los fondos van migrando a los depósitos de los bancos comerciales por dos razones: las altas tasas de depósito, 22-23% anual con una tasa de descuento del 21%, y la falta de oferta suficiente de bienes y servicios para atar este dinero. A finales de 2024, la población ha acumulado más de 52 billones de rublos en depósitos.

Por otra parte, “la guerra es un costo colosal e improductivo. Un tanque o un cañón producido no tiene ningún valor para el consumidor, ni siquiera para el que los opera en la guerra. La sacrificada economía civil no es capaz de proporcionar un suministro de bienes útiles que equilibre y limite la demanda”, escribió Vlasiuk.

La producción industrial dejó de crecer y “hay varias razones” para que eso haya ocurrido: la primera “es la escasez de trabajadores debido a la movilización, la migración en 2022 y la deportación de ciudadanos centroasiáticos tras la persecución racial este verano”.

Una segunda razón, “el alto costo de los fondos prestados que las empresas piden prestados para sus actividades operativas. Actualmente, supera el 25% y se lleva casi la totalidad del beneficio bruto de la mayoría de las empresas”

También hay una parada de las actividades de las empresas occidentales en Rusia, incluida la suspensión de su mantenimiento de las líneas de producción, una situación que el articulista define como una “bomba de relojería” que “ya está empezando a funcionar”.

Rusia podría “reorganizar los recursos de la economía para el desarrollo de la producción civil”, pero eso no sucederá porque “significa una reducción drástica de la financiación militar, es decir, la terminación o suspensión de la guerra”.

El resultado es que Rusia sufre una “falta de bienes útiles para los billetes disponibles”, y “la disminución de la inflación en la Federación Rusa es una consecuencia directa de esta deformación”.

Si el presidente ruso, Vladimir Putin, quiere evitarse la humillación de tener que parar la guerra sin sus objetivos cumplidos, solo tiene “dos salidas”: la estanflación o la hiperinflación. Cualquiera de las dos situaciones hace a “la trampa en que cayó la economía rusa por la aventura militar de su líder”. Estanflación es cuando la producción cae mientras los precios suben, y la hiperinflación el extremo de la inflación que lleva a la destrucción del proceso de producción.

El Centro de Análisis Macroeconómico y Previsión a Corto Plazo ya anunció la estanflación.

Todo lo dicho más otras situaciones como la emisión de dinero y el retiro de las ganancias de empresas importantes como del petróleo y el gas llevan a que “en 2025 se está gestando una combinación de factores desfavorables para Rusia”, y “deberíamos esperar un desequilibrio significativo en las finanzas del agresor en 2025”.

Los ciudadanos rusos “están experimentando el impacto negativo de la guerra debido a la pérdida de poder adquisitivo y la conciencia de las pérdidas en Ucrania. Esta guerra es más sensible al estado de la economía que las guerras anteriores de Rusia”.

Además de que “en esta guerra, la población de la Federación Rusa lucha por dinero. La depreciación de este dinero debido a la inflación reducirá su motivación para luchar y morir”.

Es probable que “en el primer o segundo trimestre” Rusia tenga “una inflación galopante al nivel del 3-4% mensual, y esto ya está entrando en una crisis. A mediados de año, lo más probable es que haya un rápido aumento en el estado de ánimo de crisis de su población”.

UCRANIA: “GRACIAS A LA AYUDA DE LOS SOCIOS”.

Vlasiuk asegura que la situación de Ucrania es diferente a la de Rusia y con un claro cierre positivo: “Gracias a la ayuda de los socios, la economía ucraniana está provista de fondos para 2025. Por lo tanto, hablar de la capacidad de la economía rusa para financiar la guerra de desgaste durante más tiempo que Ucrania con el apoyo de los socios parece propaganda”.

Foto de portada: internet.

(*) Aquí se pueden leer los artículos de Volodymyr Vlasiuk en Ekonomichna Pravda.

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