¿Cuál es la probabilidad de que el próximo Gobierno realice cambios en la política monetaria considerando que los que se hagan o dejen de hacerse repercutirán de varias maneras, entre ellas en la competitividad y la inflación?
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Después de que el Gobierno de Luis Lacalle doblara las últimas esquinas y comenzara a recorrer la recta final hacia el 1° de marzo de 2025, fecha en que la conducción del país cambiará de timonel, un actor adormecido despertó y comenzó a desempeñar un papel diferente al que le habíamos visto: el dólar.
El economista José Licandro escribió en X (@licandro1) que “la falta de definición” que ha tenido “el Gobierno electo” con Yamandú Orsi al frente del mismo “solo genera incertidumbre”.
Por otra parte, “las críticas permanentes que se hicieron sumadas al no acompañamiento en el seno del Directorio de su representante abonan la probabilidad de cambios”.
Pero si hubiera cambios “la historia apuntaría a una suerte de regreso a la política de platitos chinos, que era: poco compromiso con inflación baja; intervenciones frecuentes en el mercado de cambios e instancia monetaria usualmente expansiva”.
Ese es el panorama señalado por Licandro.
Por otra parte comentó que hay “varios analistas que señalan la conveniencia de apuntalar el logro de haber reducido la inflación y el retroceso que significaría volver atrás. Razón por la cual parecen ser optimistas en cuanto a que no habría cambios significativos”. Uno de esos analistas, es el también Ec. Nicolás Cichevski que el 3 de diciembre escribió un artículo sobre el asunto en un importante medio nacional.
Licandro comparte las preocupaciones de los economistas que se han pronunciado al respecto, pero mantiene un “optimismo mucho menor”, porque entiende que “la probabilidad de vuelta atrás en este terreno es significativa”, y da tres razones para sostener su postura.
La primera, porque “el retorno a inflación más alta no sería inédito. De hecho, el gobierno de 2005 había heredado una inflación similar a la actual con expectativas favorables. Incluso, en la campaña electoral y en la transición (Danilo Astori) declaraba que habría continuidad”.
En segundo lugar expresa que “en contraposición a 2004-2005, este tiempo solo ha habido críticas, incluso afirmando que la reducción de la inflación tuvo costos permanentes en la competitividad, apelando al viejo argumento del atraso cambiario”.
Y tercero, “la falta de una institucionalidad monetaria sólida de la que adolece el país-reflejada en la ausencia de autonomía del BCU- facilita el retorno a políticas monetarias permisivas”, finaliza Licandro.
APUNTES AL MARGEN.
Como complemento a las consideraciones del Ec. Licandro, hay que decir que es verdad que el atraso cambiario fue un factor de enormes críticas por parte del sector productivo, y en los primeros esbozos de análisis sobre por qué el candidato oficialista, Álvaro Delgado, perdió la elección, hay quienes mencionan ese punto. Lógicamente, los mismos que ayer criticaban el dólar planchado, ahora pasan por un entusiasmo moderado cuando ven que el dólar supera del $ 45 en la pizarra.
Y lo segundo, la independencia del Banco Central es un tema que Uruguay debe debatir, lejos de cualquier ideología y teniendo en cuenta que cuanto más independiente sea, más lejano estará de las oscilaciones políticas.
En abril 2023, el presidente del Banco Central de Brasil (desde tiempos en que el presidente era Jair Bolsonaro), Roberto Campos Neto, participó de la conferencia internacional Lide Brazil Conference Londres, donde defendió la actuación del banco: “Lo que hacemos es por razones técnicas, no políticas”.
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